Tras el receso liguero provocado por la eliminatoria de Copa del Rey que el Albacete superó a costa del modesto Huétor Tájar, el equipo blanco regresa a tierras granadinas para retomar la competición de la regularidad en el Nuevo Los Cármenes. 

La salida se las trae, no en vano el conjunto albacetense tendrá enfrente a uno de los equipos más potentes de Segunda División, al menos por lo que respecta al elevado presupuesto con el que cuenta (casi 30 millones de euros, el más alto de la categoría), pero también por la potente plantilla que, al menos sobre el papel, le otorga la condición de favorito para recuperar la Primera División.

Pese a todo, los blancos acuden a este compromiso, en un día y hora nada apropiados para los aficionados, en una fase del calendario especialmente difícil para los de Rubén Albés, que se han dejado por el camino bastantes puntos en sus recientes citas. Hoy, en tierras andaluzas, se cerrará este periodo para abrir otro presuntamente más accesible.

El partido también servirá como un nuevo intento de conseguir una victoria en Los Cármenes que el Albacete no ha podido lograr en toda su historia, lo que supone un acicate más para los visitantes, si es que no tuvieran ya los suficientes.

Los blancos acuden a esta cita con la moral alta pese a haber perdido su último partido de liga con el Levante debido a la buena impresión que dejaron a los aficionados, a lo que hay que añadir el citado pase a la siguiente ronda copera donde se verán las caras con el Logroñés.

Por lo que respecta a la plantilla, la gran novedad de la convocatoria de 23 jugadores desplazados por el preparador gallego es la del delantero Juanma, que regresa a la citación tras recuperarse de unas molestias musculares que provocaron que se perdiese las cuatro últimas jornadas del campeonato.

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