Rakel Camacho dirige 'Juicio por el Clima'

Emilio Martínez
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La actriz, directora y profesora, con varios proyectos próximos, confía en que la obra llegue al Teatro Circo

La directora y actriz albacetense Rakel Camacho tiene un nuevo proyecto teatral. - Foto: E.M.

Su amplia hoja de variados servicios a las artes escénicas en general y al teatro en particular se adorna ahora con «un original regalo», como lo califica ella misma. Porque  Rakel Camacho ha sido la encargada de dirigir la obra Juicio por el Clima' que se centra en la demanda contra el Gobierno presentada por un total de cinco ONG's ante el Tribunal Supremo por su inacción o acción insuficiente ante el cambio climático. Como es lógico se trata de una representación, que se desarrolló en el madrileño Teatro Infanta Isabel, sin ninguna efectiva validez jurídica, «que ni se pretende», como añade la albacetense, «pero sí intentando de concienciar a la sociedad, que también tiene la obligación de presionar aún más, porque ya estamos llegando tarde y todo lo que se haga está siendo muy  poco frente a este grave problema».

Esta idea es el denominador común, que por supuesto suscribe Rakel, de Greenpeace, Ecologistas en Acción, Oxfam Intermón, la Coordinadora ONGD y Fridays for Future -que fueron las que firmaron y presentaron una demanda real, todavía sin juzgarse, el 15 de septiembre del año pasado- de donde surgió el encargo de este juicio teatral a otro prestigioso y también polivalente personaje de la escena como es Ignacio  del Moral, autor del texto. Un ácido texto que, sobre la base de multitud de datos ciertos y comprobados del desastre ecológico, incide en una crítica a las autoridades a nivel mundial que, como se ha demostrado recientemente en Glasgow, se limitan a medias siempre muy cortas.

Con la orientación de la dramaturgia también de Del Moral, y bajo la dirección de Rakel, para Juicio por el clima «se buscaron igualmente  actrices y actores de prestigio e incluso algunos de ellos mediáticos, de cara a que la función tuviera el máximo tirón y repercusión», cual declara a La Tribuna la directora.  Porque después de la representación tuvo lugar un encuentro con el público, que ya estaba anunciado, y que se prolongó muchos minutos con las opiniones y preguntas de muchos de los asistentes, en las que la propia Rakel confiesa que, más allá de la obra, aprendió mucho de este problema.

Por ejemplo, quedó muy claro que, por supuesto, este problema afecta a todas las naciones del planeta, pero que España es uno de los países más vulnerables a este cambio climático, hasta el punto de que es el país que más ha aumentado sus emisiones a lo largo de las dos últimas décadas. Según las organizaciones que pusieron la demanda real, el Gobierno está ahora obligado a incrementar su esfuerzo de reducción de las emisiones, para posibilitar que las generaciones futuras puedan disfrutar de un medio ambiente que les permita llevar una vida en condiciones dignas.

Entre esos intérpretes, que actuaron desinteresadamente y junto al resto de los participantes en el montaje de la obra, estaba el albacetense Jorge Kent -ahora apareciendo todos los lunes en la pequeña pantalla en la serie Hit que emite de TVE-, habitual en los repartos de varias anteriores creaciones de la paisana. Junto a él Eva Rufo, María Morales, José Natalia Erice, Manuel Seda, Cocó Jiménez, Jesús Noguero, Montserrat Pla y Javier Pérez-Acebrón.

A Rakel le llegó la noticia de la existencia de esta obra a través de otros profesionales y en cuanto la llamaron desde los organizadores, en nombre de las ya mencionadas ONG's, aceptó: «A pesar de los pocos ensayos programados acepté de inmediato, y ahora estoy muy contenta y satisfecha de mi decisión de responderles tan rápido que sí. Siempre me ha gustado meterme en líos».

No obstante no esconde que era un tema muy complejo de dirigir, «aunque con la ventaja de que el teatro cala más en la gente que las lecturas o las escuchas aunque sea igualmente en referencia al cambio climático», cuenta. Había otra pequeña ventaja para ella, experta en audiovisuales y metrofonía, ya que en la obra tienen fuerte presencia las grabaciones en vídeo. Asó, nada más abrirse el telón se ve uno con un glaciar del que se van cayendo trozos mientras en el escenario se ve a una pareja bailando con el fondo musical de Elegía por el Ártico, de Ludovico Inaudi, compuesta expresamente para un glacial de las islas árticas Svalbard que lleva años sufriendo este problema.

 A partir de ese inicio van encadenándose escenas representando, de manera ficticia, un juicio  en el que delante de un juez se enfrentan verbalmente la abogacía del Estado -que, como es lógico, lo defiende- y una abogada que representa a las organizaciones que se han querellado contra el Gobierno por no hacer lo suficiente contra el cambio e incluso por no cumplir los compromisos internacionales que tiene firmados.

Priorizar la economía.

Rakel, que no es ingenua e incluso reconoce que el actual Ejecutivo español es el que más ha hecho al respecto comparado con los anteriores, aunque cree que todavía de manera insuficiente, sabe que esta especie de golpe de efecto teatral sobre el cambio climático sólo servirá para mover conciencias - «pero que no es poco, como diría el gran José Luis Cuerda», apunta- pero la solución la siguen teniendo los políticos que siguen en su apuesta eterna por dar prioridad a la economía.

«Pero también nosotros, la gente normal y corriente que, además de presionarles no sólo cuando votamos, deberíamos hacer más». Y dice que ella ya ha tomado nota y a partir de ahora, entre otras acciones fáciles, no va a comprar ni un solo envase de plástico. Respecto a Juicio por el clima su directora está pendiente de que tras esta representación puedan hacerse más en Madrid o saliendo de gira. 

Al margen de que sea o no así, Rakel ya ha contactado con Ricardo Beléndez, director del Teatro Circo de Albacete, al que le ha parecido muy bien la idea y ve opciones de subirla a este escenario en el que ella ya obtuvo un gran éxito hace unos meses con su anterior obra, Una novelita lumpen, protagonizada por Jorge Kent.

Y, también aparte de este juicio ficticio, a la paisana, también profesora, no le faltan proyectos futuros, la mayoría de ellos inmediatos. Como es espectáculo navideño que está preparando en la localidad madrileña de Torrelodones, donde reside, y como los ensayos de la obra Dragón de oro, de Roland Schimmelpfennig  -el autor alemán más representado-, que estrena dentro de dos semanas en la sala Cuarta Pared, donde ella y su compañía La Intemerata lleva  años al frente de un vanguardista laboratorio de investigación que también pone obras en escena.

Y tan sólo un mes después llegará el turno en el Teatro Valle Inclán, del Centro Dramático Nacional (CDN), para los ensayos de Lengua madre de Lola Arias, que se estrenará el 4 de marzo y estará en cartel hasta el 10 de abril para salir de gira. También para más adelante tiene otros compromisos previstos apalabrados, uno de ellos en el Teatro Español, pero de los que no adelanta nada hasta que sean firmes.