Pedro J. García

Pedro J. García


El árbol político

13/05/2022

El árbol político del Gobierno nacional es el olmo seco de Machado, no hendido por el rayo, sino partido con el golpe certero que una y otra vez le asestan los socios de Sánchez, con el penúltimo capítulo del espionaje a políticos independentistas catalanes y el cese de la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, que deja a las claras que, antes de que al Ejecutivo le derriben con hachas sus socios leñadores, los ciudadanos no podemos esperar, como el corazón del gran poeta, otro milagro de la naturaleza.
El árbol político regional y municipal no es un olmo, son varias especies próximas a dar sus frutos, porque dentro de un año, a finales del mayo florido de 2023 se celebrarán las próximas elecciones, por lo que los distintos partidos políticos ya trabajan en darle los mejores cuidados a sus árboles para obtener la mejor cosecha posible. Algunos ejemplares ya se mueven, seleccionando sus mejores frutos para presentarlos como candidatos, mientras que otros irán cayendo como fruta madura que quedará en el olvido de la tierra.
El acierto con los candidatos es muy importante -en los mentideros políticos municipales ya aparecen nombres para las distintas formaciones-, pero el cuidado y mantenimiento de cada uno de los árboles durante el presente mandato no lo es menos, sobre todo porque el consumidor -llámese el votante- está ya cansado de tanto fruto de segunda categoría y quiere lo mejor del mercado.
Queda un año por delante para cuidar el terreno y hacer la mejor selección para no dañar, una vez más, el corazón de unos ciudadanos que aún esperan el milagro de la primavera política.