Espectáculo en mayúsculas el que se vivió el pasado sábado en Navas del Pinar, donde más de un centenar de valientes participaron en la XIIedición de la Subida al Pico, una de las pruebas más genuinas y explosivas del calendario de trailrunning.

Tras dos años de parón por la pandemia, el ascenso y descenso de la cota más alta del Parque Natural del Río Lobos (1.351 metros) volvió a congregar a una gran cantidad de público, que no paró de animar, entregado con el extraordinario esfuerzo de los atletas. La temperatura era idónea para la práctica deportiva y el burgalés Víctor Illera revalidó su título con gran solvencia, llevando en todo momento el peso de la prueba. El atleta del club numantino tocó la imponente cruz de madera de cinco metros en primer lugar, congelando el crono en 19 minutos y siete segundos, mejorando así, pese a las fuertes rachas de viento, su marca personal y firmando su tercera victoria absoluta en la carrera. David Pérez (19,40) consiguió entrar segundo en meta, mientras que Miguel Hernando (20,00), un asiduo a esta cita de la Comarca de Pinares que siempre se celebra el 13 de agosto, completó un podio de mucha calidad, con unos tiempos sólo al alcance de los elegidos.

En la categoría femenina se vivió un precioso duelo entre la defensora del título Bego Usabiaga y la corredora del Haciendo Sed, Inés Astrain, que acudía por primera vez a la prueba arropada por varios compañeros de equipo.

Víctor Illera, momentos después de tocar la cruz

Inés logró coronar primera y supo conservar su ventaja en un descenso vertiginoso y muy técnico que le sirvió para batir el récord femenino de la Subida al Pico de Navas, con un tiempo de 25 minutos y 12 segundos para completar los 3,6 kilómetros, con un desnivel de 361 metros, llevándose los 300 euros de premio. Usabiaga, que tuvo un pequeño percance en la bajada, entró a solo 17 segundos de la nueva campeona, mientras que Sandra de Pablo (30,50) completó el tercer puesto. 

Categoría local

La Subida al Pico de Navas surgió tras una apuesta entre amigos en 1965, cuando Felipe Gómez retó a Oriol Gómez a subir y bajar la cima en menos de 30 minutos. El joven Oriol logró la gesta de cubrir ese tortuoso recorrido en 24 minutos y 30 segundos. Lo que empezó como un juego entre una pandilla de jóvenes hace 57 años se recuperó en 2008 para convertirse en una prueba deportiva única y exigente.

El sábado, el triatleta Óscar Martínez pulverizó aquella marca de hace más de medio siglo, con un poderoso ascenso y una bajada impecable, dejando el nuevo récord local en 23 minutos y 51 segundos. Jerónimo Palacios, que viene mejorando sus registros años a año, entró en segunda posición (24,34) y Raúl Llorente, con un descenso excepcional que le sirvió para ir superando a algunos de sus rivales, cerró el podio (25,04). 

Casi un centenar de niños participaron en las distintas categorías infantiles.

En la categoría femenina, Celia López (35,26) se erigió en la nueva campeona, mientras que Elena García ocupó el segundo lugar del cajón.

Se habla mucho de la España vaciada, un fenómeno que afecta a numerosas poblaciones de la región y con mucha más fuerza a esta bucólica zona, frontera entre las provincias de Burgos y Soria. Sin embargo, casi un centenar de niños corrieron en las pruebas infantiles de la localidad, fomentando el espíritu deportivo y dejando patente que el futuro, aunque se haga mucho más evidente en verano, está garantizado. Otros 200 senderistas cubrieron al día siguiente una ruta de 9,4 kilómetros por los enclaves de pinares.

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La Subida al Pico de Navas es una de las carreras marcadas en rojo en el calendario. El buen hacer de todos los miembros y voluntarios que conforman el Club Deportivo y las gentes del municipio hacen realidad que la prueba sea un éxito de organización y asistencia, tanto de atletas como de público, cada 13 de agosto, pese a la contraprogramación de otros eventos deportivos.