La AECC prestó atención social a 302 albacetenses en 2019

T.R
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Los diagnósticos de cáncer en población desempleada de la provincia afectaron a más de un centenar de personas y para muchos y sus familias la asociación fue una tabla de salvación

Imagen de archivo de un taller de nutrición de la AECC. - Foto: Arturo Pérez

Cuando llega una enfermedad a una familia no avisa, y si además de ello, se trata de un proceso grave y cuya curación se alarga en el tiempo, como es un diagnóstico de cáncer, la situación empeora para muchas familias con dificultades sociales y situación de desempleo, que a la problemática del estado de salud de uno de sus miembros suman el coste de los tratamientos que no financia el sistema público o las ayudas técnicas, como pelucas y otros materiales ortoprotésicos que precisan. El cáncer para un autónomo, para un asalariado de la empresa privada o para un parado puede suponer la ruina.

Por ese motivo, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Albacete, además de ofrecer apoyo psicológico a los enfermos de cáncer y sus familias durante todo el proceso de la enfermedad, también cuenta con un programa de atención social, que pretende paliar en cierta medida las carencia que el cáncer ocasiona a muchas familias sin recursos.

Un servicio que en 2019 prestó atención a 302 personas, que precisaron de 1.141 sesiones, una cifra algo inferior que las 327 personas atendidas en 2018. En cuanto a las ayudas aportadas a las familias con más necesidades, la Junta Provincial de la AECCen Albacete, entregó alimentos del Banco de Alimentos a nueve familias, con 26 personas en total, frente a las 10 del año anterior;asimismo, financió 51 prótesis de mama y prestó 14 pelucas, una cifra similar a las 75 ayudas que a este respecto ofreció un año antes; además ofreció 93 prestaciones de material ortoprotésico (entre camas articuladas, sillas de ruedas, colchones antiescaras, andadores, etc.), 102 de estas ayudas prestó en 2018; asimismo, dispensó ayudas económicas a ocho afectados, mediante el pago de recibos para la vivienda. A estos datos hay que sumar la labor desinteresada que dispensó la asociación gracias a su piso de acogida, que permitió a 89 usuarios utilizar este recurso y evitar así desplazamientos innecesarios a sus poblaciones durante el tratamiento oncológico, una cifra inferior a las 121 personas que usaron este recurso en 2018.

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