En abril de este año Silvia Crusat Braña, especialista en Otorrinolaringología del Hospital General de Albacete, pero liberada sindical por el sindicato CSIF, asumió la presidencia de la Junta de Personal del Área de Salud de Albacete, un órgano que se renueva cada dos años, entre los representantes de los sindicatos que integran la Junta de Personal, dando el relevo Francisco José Martínez.

¿Desde cuándo es delegada del CSIF? 

A tiempo completo con liberación total desde agosto de 2014. Antes había estado en el sindicato a tiempo parcial.

¿Qué le llevó a ser sindicalista?

La realidad es que siempre he sido muy guerrera y defensora de los derechos de los trabajadores. Por circunstancias personas decidí buscar otras vías de desarrollo profesional y empecé en el sindicato primero dedicando un día al mes, luego un día a la semana, hasta que opté por la liberación completa. 

¿Cómo llega una catalana a trabajar en el Hospital General?

Al acabar mi etapa de residente en el Hospital Bellvitge, de Barcelona, me ofrecieron mi primer contrato como otorrino en el Hospital General para sustituir a un compañero del Servicio, y yo esperaba un contrato de tres o cuatro meses, pero lo que ocurrió es que me enamoré de una persona que trabajaba en este mismo Servicio, y me quedé en Albacete por amor. Vivir en Albacete es muy cómodo porque es una ciudad parecida a Reus, donde tienes mucha calidad de vida y para mí eso es fundamental. Yo los cinco años que estuve en Barcelona era una locura como ciudad. 

Cuando asumió la presidencia de la Junta de Personal del Área de Salud la evolución sanitaria de la pandemia del coronavirus se encontraba en un momento dulce en Albacete, ahora con los contagios subiendo ¿cómo ve la situación?

La situación en Castilla-La Mancha es muy buena. Que seamos un sindicato no significa que tengamos que ir en contra de la administración por sistema, lo que hacemos es defender los derechos de los trabajadores. Ahora se está gestionando bien la pandemia en toda la comunidad autónoma, de la misma manera que no fue así al principio. El proceso de vacunación ha sido un éxito y hay que alabar el trabajo de todos los profesionales que están haciendo que así sea, en particular de la Enfermería. La pandemia ahora mismo está bien controlada, el problema es que hay cosas en este control que no dependen ni de los gestores ni de los sanitarios, sino de la responsabilidad de la población en general y en concreto, de determinados grupos de la población, que es claramente mejorable.

El Hospital General no está colapsado en estos momentos, porque la población que ingresaba grave por este virus está vacunada, protegida y ahora está manteniendo las formas y las medidas de precaución. Y entre otras cosas, nos deberíamos plantear que la mascarilla no se puede quitar en ámbitos públicos. Hay que cruzar los dedos e intentar entre todos que esta buena situación se mantenga, por la salud de todos y por la economía.