Francisco Jiménez Carretero une un nuevo premio a su larga lista de galardones con  el Marcelino Quintana 2021, por su poemario Los pasos del silencio. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra.

¿Por qué decidió presentarse al premio de poesía Pedro Marcelino Quintana?

Indudablemente con la intención de ganarlo, eso en primer lugar aunque ya se sabe la dificultad que hoy día entraña ganar un certamen literario por la gran cantidad de autores que concurren a él. El Marcelino Quintana era un premio que, por su prestigio, me apetecía conseguirlo. Y otra de las razones, la más importante, además de la dotación económica, el premio lleva parejo la publicación de mi obra. Poder publicar es, sin duda, lo más importante para un  escritor.

¿Qué significa para usted este nuevo galardón?

Podría decir que uno más para añadir a los ya conseguidos pero esto sonaría mal. Cualquier premio por humilde que fuere siempre es un acicate para seguir en la brecha. En el caso que nos ocupa me hacía ilusión engrosar con mi nombre la nómina de muy buenos poetas de  Albacete y castellano manchegos, entre otros, que lo han ganado. 

¿Irá a la gala del premio en Gran Canaria?

La entrega de premios tendrá lugar en la localidad de Arucas de la isla de Gran Canaria por el mes de noviembre y mi intención es desplazarme a recogerlo y poder disfrutar, al mismo tiempo, de unos días para visitar ese maravilloso lugar. 

 ¿Cuándo estará en las librerías Los pasos del silencio?

Posiblemente, ya bien metidos en el otoño y si es posible haremos una presentación. 

¿Por qué ese título?

Cuando uno escribe, al menos es mi caso, no lo hago pensando en un libro, sino que los poemas surgen de vivencias, recuerdos o instantes del vivir cotidiano. Luego procuro seleccionar lo escrito, procurando juntar los poemas que tienen alguna relación. Y así es como surge el libro. Quizá que en el caso que nos ocupa, el silencio es el leitmotiv que sirve de nexo entre los poemas que conforman Los pasos del silencio, no en vano esa palabra aparece en muchísimos de sus versos. 

¿Qué tipo de poemas reunió en esta obra?

Como muy bien apunta en la presentación del libro el poeta Alfonso Ponce (ganador, por cierto, hasta tres veces de este premio), los poemas abarcan momentos plagados de añoranza por la ya vivido. Todo ello siempre desde una mirada reflexiva que apunta a la esperanza. El canto a la naturaleza también tiene cabida en mis versos, con un guiño preferente al otoño que es en definitiva hacia donde el poeta (el otoño e la vida) se está acercando. En uno de sus apartados también tiene cabida el amor, como pasión y como voluntad. 

¿Son del corte de lo que hace en los últimos años?

Aunque han evolucionado, a decir de los más entendidos en estas lides, no dejan de tener una cierta sintonía con dos de mis anteriores libros: Espacio Interior y La Horas sin dueño. 

¿Cómo es su poesía?

Pues, además de intimista, no deja de caminar horizontes indefinidos para intentar rescatarlos en la plenitud de un poema pero si algo, es mi punto de vista, define a mi poesía es la sencillez, sin alharacas. Siempre trato de no violentar la palabra y no forzarla. 

¿Tiene obras presentadas en algún certamen?

Pues en estos momentos que nos ocupan, mi poemario Pequeñas Cosas ha aparecido como finalista del importante premio José Zorrilla de Valladolid y hace unas fechas logré el premio en los XLVIII Juegos florales del Campo de Cartagena con un poema sobre la música.

¿Trabaja en un nuevo poemario estos días?

Todos los días se escribe algo, ahora ando inmerso en un nuevo poemario de corte místico para poder presentarlo, siempre que quede a mi gusto, al premio Fernando Rielo, y del que ya he sido finalista en dos ocasiones.