En la edición de hoy del diario La Tribuna de Albacete, el historiador Vicente Pascual Carrión apuntaba la posibilidad de que los restos óseos encontrados en las obras de Aguas de Albacete en el Paseo de la Libertad pudieran deberse al antiguo convento que estuvo ubicado en la zona donde hoy se levanta el Palacio de Justicia, y en el que había capillas para dar sepultura, así como una cripta en la que se depositaban los restos de los religiosos fallecidos.

En esa misma línea apunta también ahora el informe que Patrimonio ha comunicado este lunes, con una primera valoración, y antes de seguir analizando el hallazgo en mayor profundidad.

Han explicado que fue el 28 de julio cuando Aguas de Albacete notificó a la Delegación de Educación, Cultura y Deportes de Albacete, el hallazgo de restos óseos en dos pequeñas zanjas realizadas en el marco de las obras de canalización que se están llevando a cabo actualmente en la zona del Paseo de la Libertad. Dicho hallazgo consiste en los restos de dos cráneos, parcialmente embutidos en los perfiles de las zanjas y algún resto de huesos largos, difícilmente identificables debido a su posición.

Desde la Delegación de Educación y Cultura se llevó a cabo una visita a la zona de obras, si bien hemos de mencionar que las zanjas fueron tapadas por Aguas de Albacete, paralizando los trabajos en las mismas, con el fin de preservar los restos y comunicar el hallazgo a la Administración.

Dada la localización de las zanjas, próximas al área ocupada por la Audiencia Provincial, lugar donde se ubicó el antiguo convento de las Justinianas, fundado en el siglo XVI, y cuya iglesia, que pervivió hasta el siglo XX, fue derribada en 1935 para ampliar la Plaza del Altozano, es posible que los restos óseos aparecidos puedan ponerse en relación con la existencia de antiguos enterramientos en el solar del Convento o la Iglesia anexa al mismo.

Desde el Servicio de Cultura de la Delegación, en cumplimiento de la normativa legal de Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha, se solicitó el preceptivo Estudio Arqueológico de evaluación de la zona, que debe ser realizado por la empresa promotora de las obras. Dicho estudio tiene la finalidad de documentar los restos aparecidos, la posible existencia de más restos asociados a los mismos, y estudiar, a tenor de los datos recogidos en la intervención arqueológica, su procedencia, y cuantos datos puedan permitir determinar su posible adscripción. Asimismo, se llevará a cabo un control arqueológico de las obras de movimiento de tierra a realizar en la zona, con el fin de determinar la posible existencia de más restos arqueológicos en esta área, su documentación e interpretación.

Una vez finalizado el estudio y a tenor de los datos documentados en el mismo, se procederá desde esta Administración, a determinar las posibles medidas que, en su caso deban adoptarse, con el fin de preservar los posibles restos arqueológicos presentes en la zona.