Pedro J. García

Pedro J. García


Sin un pan bajo el brazo

18/11/2022

Siempre se dijo que los recién nacidos venían con un pan bajo el brazo y una de las explicaciones no es otra que si eran varones eran potencial mano de obra y fuente de ingresos para el hogar, ya que hace unas generaciones la incorporación al mundo laboral llegaba a temprana edad.
Afortunadamente, el paso del tiempo dejó el pan bajo el brazo en la alegría por un nacimiento, pero en los últimos años parece que el pan ha desaparecido, porque la natalidad suma y suma cifras negativas año tras año.
Está bien la preocupación por la despoblación en el medio rural y por fijar población en esos lugares, pero sería bueno que nuestros gobernantes no perdiesen de vista las negativas cifras de nacimientos, los hombres y las mujeres del mañana, ya sea en el medio urbano o rural. Sin salir de nuestra provincia, desde 2016, por poner un punto de partida, la variación anual del acumulado de alumbramientos no para de descender. En ese año fueron 2.515 hasta el mes de septiembre, en el presente, con datos recientes del Instituto Nacional de Estadística, son 2.021, lo que supone un 20% menos en solo siete años.
Es obvio que es preciso fomentar la natalidad y la primera piedra del edificio es la de la estabilidad económica, porque con la incertidumbre existente en la actualidad, con las elevadas cifras de paro que todavía sufrimos y con los elevados precios es lógico que a más de uno le dé pánico embarcarse en la aventura de tener un hijo, porque ahora mismo no llegan con un pan bajo el brazo, sino con una losa para el bolsillo.