En los últimos dos días, la ciudad acogió el IIIEncuentro Mundial de Capitales de Cuchillería, una cita pospuesta por la pandemia, pero que no perdió ni un ápice de su interés para un sector que es bandera de la tradición empresarial de Albacete. No en vano desde hace seis siglos la capital manchega ya fabrica cuchillos, navajas y tijeras que pronto alcanzaron fama internacional.
El encuentro es una oportunidad única para que el sector formado por decenas de pymes en la ciudad. E n su gran mayoría son artesanos con varias generaciones detrás, pero que se enfrentan al futuro con las amenazas de la incertidumbre del relevo generacional y la competencia desleal procedente del continente asiático, en su mayoría. El sector privado, junto con las administraciones públicas tienen mucho trabajo por delante, pero este encuentro internacional debe servir para visibilizar la importancia de la cuchillería, así como unificar los esfuerzos para encontrar las vías para garantizar el futuro.
La Junta de Comunidades pone todo su empeño en Bruselas para sacar adelante la Indicación Geográfica Protegida para la artesanía, incluida la cuchillería, como herramienta legal para combatir esa competencia desleal que llega desde Asia. La tramitación es lenta, una verdadera lacra de Europa, pero se avanza y ya se intuye el final del proceso burocrático. Sin duda, será un hito que marcará el futuro de un sector que, siendo tradicional y poseedor de las raíces de la identidad albacetense, tendrá por delante décadas de actividad, siempre y cuando apueste por la calidad de sus productos.