«Debería estar triste pero soy feliz en el 95% de mi tiempo porque intento ayudar a los demás, que es lo que debemos hacer todos». Fue una de las múltiples frases que Juan Ramón Amores dijo durante la puesta de largo en la capital de España del libro que sobre su vida ha escrito la periodista Mar G. Illán, que se encargó de su presentación y coordinación. Un acto que con la bonhomía del alcalde de La Roda apretó el corazón, y estremeció las fibras sensibles, con una fuerte carga de emotividad de los asistentes a este evento en la mañana del pasado sábado 14 en la sede de la Asociación Cultural de Albacete en Madrid. Una cita que además de a muchos paisanos atrajo a gran número de personas que le admiran y que llenaron a rebosar, con muchos de ellos de pie, el salón de este grupo de la diáspora.
Antes de que Amores -quien se desplazó expresamente desde su pueblo junto a Mónica, su mujer, y Eva Perea, concejal del Ayuntamiento- tomara la palabra, lo hizo la autora de Juan Ramón Amores, un idilio con la vida, un título que cuadra a la perfección con lo que relata la obra. Así lo expresó la periodista, que calificó su libro como «mucho más que tinta y papel porque refleja la esencia de este personaje ejemplar, como he escuchado muchas veces decir a quien lo conoce. Alguien que día a día nos da a todos una lección de sabiduría y de alegría de existir».
Después añadió que precisamente lo que da valor a este maravilloso ser humano es que no se hundió cuando en 2015, a tan sólo un mes de tomar posesión de su cargo en la Junta de Castilla La Mancha de director general de Deportes, le dijeron que tenía la enfermedad de las tres letras malditas, ELA. «Cualquiera se hubiera hundido para siempre pero a él la tristeza le duró unas pocas horas. Se puso chaqueta y corbata y se fue al acto que tenía previsto en la Cruz Roja». Añadió que Amores sabe que esta atroz enfermedad colectiva, que avanza lenta o rápidamente, no tiene cura ni tratamiento y que toma rehenes a la familia, debía servirle para ser útil a los demás. Porque también es consciente de que por su cargo público es un foco de referencia para darle visibilidad, para que se investigue el ELA, y el resto de enfermos, en lugar de venirse abajo para siempre como sería lo lógico, no desesperen y tomen su ejemplo.
Aparte de su labor como alcalde, esa es su utilidad, «sus ganas de vivir haciendo felices a los demás, su aportación a las asociaciones de afectados», a los que se destina íntegramente lo que se recaude con la venta del libro.
Finalizó recordando que desde que Amores ocupa el puesto de primer edil, La Roda tiene que agradecerle que se haya hecho más conocida en toda España «alcanzando o superando el nivel de los miguelitos».
Y pidiendo a los asistentes su apoyo, recordando que la Asociación Adelante, de lucha contra el ELA y apoyo a enfermos y afectados nacida en La Roda y hoy con dimensión regional, tiene un hastag, para el que también pidió apoyo «porque hace falta» y seguro que todos vosotros compartís: ELA vas a perder.
Ya la carga compulsiva del acto estaba calando en los asistentes y se desbordó en el esperado turno de Amores, quien tras agradecer a «esta diáspora maravillosa de la Asociación en su labor de que no se pierda la esencia albaceteña» que le hubiera invitado a que se presentara el libro sobre su vida, pronunció la frase con la que se inicia esta noticia. Pero no por ello se anduvo por las ramas con la crueldad de su enfermedad: «Os voy a dar unas cifras muy significativas. En España cada día tres personas mueren por el ELA, también se les diagnóstica a otras tres y el promedio de esperanza de vida es de tres años, lo que significa que muchos fallezcan antes».
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