Allá por el año 2007 la Asociación Hispania Nostra, como es conocido, ponía en marcha su conocida Lista Roja con el objetivo de, según explica en su web, «hacer visibles todos aquellos bienes en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, al objeto de darlos a conocer y lograr su consolidación o restauración». Cualquier persona, ayuntamiento, o asociación puede solicitar, si considera que su integridad está amenazada, la inclusión de un bien cultural o natural en la Lista Roja, simplemente rellenando la ficha: https://listaroja.hispanianostra.org/nueva-ficha/.
Una vez redactada la consiguiente ficha le corresponderá al comité científico de Hispania Nostra analizar las denuncias y solicitar cuanta información complementaria considere necesaria sea a las administraciones competentes, a los propietarios o a los delegados de zona de Hispania Nostra, antes de incluir el bien en cuestión en la Lista Roja o desestimar su inclusión sí, por el contrario, considera que el elemento patrimonial carece de importancia histórica y arquitectónica, no existe un riesgo de pérdida o no presenta un estado de abandono.
Y, aunque no hay un límite de tiempo para estar en esta lista, estar en ella, en definitiva, apunta Ana Zarco, responsable de la Lista Roja, «no es ni más ni menos que una llamada de atención en pro ya no sólo que de nuestra herencia no se pierda y entre en la Lista Negra sino que se recupere, se rehabilite y pase a formar parte de la otra Lista, de la llamada Lista Verde, lo cual, por otra parte, no deja de ser nuestro fin último».
Sea en una como en otra lista, uno puede encontrar desde ejemplos de lo que se engloba bajo el concepto de patrimonio arqueológico hasta patrimonio civil pasando por patrimonio industrial, militar, natural o religioso, o lo que es lo mismo, desde lo que se conoce como elementos arqueológicos singulares hasta conjuntos históricos o palacios pasando por castillos, fuertes, murallas, torres, conventos, monasterios, iglesias, ermitas o cementerios, entre otros.
A principios de este mes de enero, Castilla-La Mancha era la ubicación de hasta 110 bienes diferentes en el listado de los que corren peligro de desaparecer o quedar en ruinas, o lo que es lo mismo, en la Lista Roja del Patrimonio.
De todas las provincias manchegas, no obstante, la que estaba a la cabeza de este listado de la Asociación Hispania Nostra era la de Toledo con 39 inmuebles, seguida a corta distancia por la de Guadalajara con 35, y ya más alejadas en su presencia Cuenca con 14 bienes, Ciudad Real con 13 y finalmente Albacete con tan sólo nueve.
La actual Lista Roja de Patrimonio por Albacete se inauguraba en octubre del 2007 con el castillo de la Encomienda de Socovos, habiéndose que esperar, no obstante, hasta noviembre del 2014 y septiembre del 2015 para las dos siguientes inclusiones, y las dos, además, torres, la almohade de la pedanía hellinera de Isso y la del Castellar en la pedanía de Sierra en Tobarra. En junio del 2016 la lista se engordaría con un bien más en rojo, el acueducto de Albatana, en julio del 2019 con la estación de Chinchilla y en el 2021 con tres más: la torre de Haches de Bogarra en febrero, la casa palacio de los Salazar en Hellín en septiembre y la torre grande de Almansa en noviembre. Y por último, en marzo del pasado año tendría lugar la última incorporación en la Lista Roja de Patrimonio por esta provincia con la entrada del yacimiento del Cerro de los Cuchillos de Almansa.
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