Madrid acoge hoy las celebraciones del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, un desafío en el que el sudeste de España y, dentro de él, la provincia de Albacete se encuentran en la primera línea del frente. 

En 2008, el Gobierno central impulsó el Programa de Acción Nacional contra la Desertificación, en  el que nuestra provincia no salía muy bien parada, ya que por entonces se consideraba que el 80% de su territorio estaba en riesgo.

Ahora, el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) tramita  su versión actualizada, la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación en España, que introduce nuevas variables que tampoco pintan bien para nosotros.

El primer programa estudió la situación de las diferentes provincias españolas de acuerdo a cuatro parámetros: el índice de aridez, la erosión, la progresión de las superficies afectadas por el fuego y la sobreexplotación de acuíferos.

Los resultados fueron que el 17,35% de la superficie provincial tenía riesgo bajo de deserfificación; el 36,85% tenía un nivel medio, el 37,94% nivel alto y el 6,88% tenía nivel muy alto de convertirse en un desierto en los próximos años.

En superficie, estos datos implicaban que si la provincia de Albacete tiene 1.491.626 hectáreas, unas 1.218.085 hectáreas tienen un riesgo de desertificación apreciable. Por comarcas, las zonas más vulnerables son las comarcas de Monte Ibérico-Almansa, Campos de Hellín y parte de la Sierra de Alcaraz. Pero estos datos son de 2008, tienen 14 años y ahora mismo están en pleno proceso de actualización por parte del Miteco.

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