Ya hay sentencia, y no puede recurrirse, para el caso del vecino de Villarrobledo procesado por haber intentado grabar imágenes íntimas de una mujer, al colocar un teléfono móvil en el aseo donde ella iba a entrar a ducharse. El Juzgado Penal 1 de Albacete celebró ayer el juicio por estos hechos, calificados por el fiscal como un delito de descubrimiento de secreto, aunque no fue necesario que el acusado declarara, ni tampoco la víctima ni el resto de testigos propuestos, porque las partes alcanzaron un acuerdo que implica que el acusado, de iniciales A.M.A., no vaya a prisión si no comete ningún delito y cumple con el resto de premisas de la sentencia.
Lo que el fallo judicial dictado in voce ayer por el juez del Penal 1 dice que es la tarde de 2017 el procesado estaba en su casa, junto a su esposa, y estaba también la víctima. A.M.A. «colocó en uno de los cuartos de baño de su vivienda un teléfono móvil enfocando a la ducha, escondiéndolo y dejando el terminal grabando». Lo hizo, según él mismo admitió en el juzgado ayer, «con ánimo libidinoso» y a sabiendas de que se iba a duchar una mujer poco después. 
DE FORMA FORTUITA. Esta mujer entró en ese cuarto de baño por haberlo acordado así con el acusado y su esposa. La mujer comenzó a desvestirse y se sentó en el retrete, pero no llegó a ducharse porque por suerte encontró antes el teléfono oculto: «Dio de forma fortuita un golpe al lugar donde se encontraba escondido el teléfono y descubrió la grabación que había realizado el acusado, sin su conocimiento ni su consentimiento».

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