El equipo que crea el programa de fin de año en Antena 3 ha ido más allá en el objetivo de divertir, asombrar, hacer balance festivo del año que termina y desear los mejores deseos para el que comienza, con música, bromas y la fanfarria habitual.
Cristina Pedroche no apareció con un diseño de semidesnudez sobre un cuerpo desnudo, sino que ha finalizado en 2022 con un mensaje social que nadie había previsto, y que estaba destinado a golpear las conciencias: en una noche festiva también se puede dedicar un recuerdo a quienes nada tienen que festejar: los refugiados.
Se calcula que cien millones de personas se reparten hoy entre los países de acogida de todas las latitudes huyendo de guerras, regímenes criminales y persecuciones políticas. España ha sido país tradicional de acogida, aunque no siempre ha dado la talla. Incluso los iberoamericanos, a los que llamamos hermanos, sufren las consecuencias de una burocracia implacable, nada generosa. Hace años llegaron miles de refugiados de los Balcanes, a los que se acogió con gran publicidad pero que no recibieron las atenciones debidas. En el 2022, unos 75 mil ucranianos llegaron con lo puesto, huyendo de la guerra con Rusia. La mayoría, mujeres, niños y personas muy mayores. A ellos especialmente ha dedicado Pedroche su vestido, realizado con lonas de campamentos de refugiados, y elaborado por refugiados, que mantuvieron los mensajes escritos sobre la tela.
ACNUR, Cáritas, la Cruz Roja, y sobre todo miles de familias españolas, han dado el do de pecho, han acogido a familias ucranianas mientras estas ONG, y otras de menor envergadura, se ocupan de resolver sus problemas, entre ellos documentarlos debidamente, lo que no es cosa pequeña.
Josie, el estilista habitual de Pedroche, dio vueltas a la idea de promover la solidaridad con quienes han dejado país, familia, amigos, casa, trabajo, todo. En esta ocasión quiso vestir a Pedroche demostrando que hay diseñadores de primera en España, y lanzando además un mensaje que hasta ahora era ajeno a lo que se espera de un programa especial de fin de año en televisión. Josie se pudo de acuerdo con ACNUR, y con el diseñador Garaizábal, Pedroche asumió con entusiasmo la idea … y salió lo que se vio una noche mágica que en esta ocasión llegaba además con el mensaje de que las guerras son un mal en superlativo, el peor de los males, y cuando nos toca de cerca hay que cooperar para salvar a los que han tenido la desgracia de ser víctimas de una contienda que no se sabe cuánto puede durar, pero sí se sabe que provocará una auténtica devastación.
Emiliano García Page también había demostrado una sensibilidad especial días antes del fin de año, al desear un 2023 mejor con la fotografía de una familia ucraniana refugiada en Sigüenza. Gran idea.
Nunca son suficientes los gestos de solidaridad, y cuando los hay se agradecen. Por pequeños que sean, sumados pueden mover montañas.