La historia se repite. Las obras de remodelación de una calle de la ciudad se retrasan y las molestias se acrecientan. Ya ocurrió con la reforma de la calle Iris, la placeta de Miguel López de Legazpi, Virgen de las Maravillas y la plaza Jesús de Medinaceli, donde estaba previsto que acabaran en tres meses y se alargaron mucho más, y ahora vuelve a suceder en la calle León.
Las obras de mejora de la calle León parecían sencillas, pero se fueron complicando y las molestias a los vecinos han ido aumentando desde que se iniciaron en febrero. Se trata de una vía que no tiene mucha longitud, pero la demora y los numerosos problemas con los que se encuentran a diario, sobre todo, cuando intentan transitar por ella o salir de sus garajes, ha acabado alterando los nervios de sus vecinos. Algunos se han visto obligados a dejar sus coches en aparcamientos públicos para poder hacer uso de los mismos. Los albacetenses que residen en esta calle se quejan porque ven que las obras no avanzan y que la empresa adjudicataria se dedica a «abrir y cerrar zanjas».
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