Page firmaría acabar con independentismo «a base de abrazos»

EP
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El presidente de la Junta avala a Pedro Sánchez: «Tiene muy claro los límites constitucionales»

Page valoró la reunión Sánchez-Torra en entrevistas en programas de televisión matinales de cadenas nacionales. - Foto: Ví­ctor Ballesteros

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, celebró esta mañana que tras la reunión mantenida entre el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el de la comunidad catalana, Quim Torra, se haya «desinflamado» el conflicto independentista pese al exceso de «estética», y reconoce que si esa es la factura que hay que pagar para que los soberanistas se quiten «el barniz del victimismo, no es un problema».

En declaraciones a Antena 3 recogidas por Europa Press, García-Page comentó al respecto que si el independentismo se puede acabar «a base de abrazos», estaría dispuesto a firmarlo. Tras considerar que el Gobierno está haciendo «de la necesidad virtud» en este conflicto, ha recordado que mientras que Pedro Sánchez representa a todos los españoles, Quim Torra ni siquiera representa a toda Cataluña.

En este punto, ha reparado en que si el PSOE gobernara con mayoría absoluta o si tuviera el aval de PP o Ciudadanos para no depender del permiso independentista para gobernar, esta reunión habría tenido otro formato. «Hay mucha tela que cortar en este debate, este es el primer acto de una representación, pero Sánchez tiene muy claros los límites constitucionales», ha indicado el presidente castellano-manchego.

Lo que no está en juego. Con todo, García-Page apuntó que a pesar de la reunión, lo que está claro es que las cuestiones defendidas por el independentismo como la amnistía o la autodeterminación están fuera del alcance de esa mesa de negociación. En su opinión, la corriente de fondo en España pasa por un país «sólido, acostumbrado al ruido y a la política con demasiada verbena y decibelios».

Esta reunión es un paso previo para conseguir el favor independentista en la tramitación de los presupuestos, pero tal y como recordó, negociaciones de este tipo ya las comandó José María Aznar desde el Gobierno pactando en el Majestic.

Sobre el techo de gasto que se debatió ayer en el Congreso de los Diputados, Pago daba por hecho a primera hora de la mañana que saldría adelante, como así fue. Recordó que «una parte importante» de los problemas políticos actuales es que las cuentas que están en vigor son las del último Gobierno de Mariano Rajoy. «La clave está en el primer presupuesto de Pedro Sánchez», ha considerado.

«Escenificar buen talante no es negativo, el problema está en que no se inflen expectativas imposibles en Cataluña. Pero si de buenas maneras hacemos que se desinflame la situación a base de antibiótico político, entre todos conseguiremos que se bajen los humos», afirmó. La postura del Gobierno, según García-Page, podría ser ayudar al independentismo a salir del «callejón sin salida» en el que se ha metido.

También tuvo palabras para referirse a la ausencia de la palabra ‘Constitución’ en el argumentario de ambas partes tras la reunión, aseverando que con la fórmula de ‘seguridad jurídica’ ya se da por hecho el cumplimiento del Estado de Derecho. «Es evidente que se rehúye la palabra Constitución, pero pueden recurrir a toda la creatividad que quieran, porque fuera de la Constitución la imaginación se transforma en pesadilla», agregó, recordando que incluso el propio Quim Torra ya ha acatado la Carta Magna para ejercer la Presidencia en Cataluña.

Más castigo para reincidentes. En cuanto al planteamiento de reforma del Código Penal que pudiera incluir la rebaja de penas en delitos como rebelión o sedición, comparte  que se pueda cambiar el reglamento para actualizar estos conceptos y evitar dudas jurídicas, pero siempre para conseguir que, quien tenga pensado reincidir en ellos -en referencia a Oriol Junqueras-, tenga más condena. «El problema de Junqueras es que no renuncia a volverlo a hacer de la misma manera. Creo es ingenuo y bastante absurdo un Estado que no se defienda a sí mismo», añadió.