El Gobierno empuja a ERC a la reforma laboral

EFE
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La Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha destacado que la reforma ya ha dado sus primeros frutos en enero con un incremento de contratos nuevos indefinidos

La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño (i); la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (d) - Foto: Eduardo Parra

El Gobierno de coalición ha sacado toda su artillería para empujar a ERC a apoyar el decreto de la reforma laboral que será convalidado o derogado mañana, y mientras la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha avisado de que hay propuestas sobre la mesa "sin responder", los comunes en Cataluña amenazan con retirar su apoyo al gobierno de ERC si no avala la norma.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha vuelto a involucrar este miércoles desde Dubái, donde se encuentra de viaje oficial, para pedir "todos los votos posibles" y varios ministros como la vicepresidenta primera o segunda han destacado que la reforma ya ha dado sus primeros frutos en enero con un incremento de contratos nuevos indefinidos.

El Ejecutivo apura sus negociaciones, ya que sigue sin tener todos los apoyos garantizados. De momento Cs votará que sí, siempre y cuando no se llegue a ningún acuerdo paralelo con los nacionalistas, y aunque los partidos minoritarios (Más País, Compromís, Nueva Canarias, Coalición Canaria, Teruel Existe o PRC) han confirmado sus apoyos faltarían los cuatro diputados del PDeCAT y los dos de UPN para llegar a una mayoría de 176.

UPN sigue hablando con el PSOE, pero a día de hoy mantiene abierta las tres posibilidades: sí, no o abstención y advierten fuentes del partido que si el nacionalismo entra en la ecuación, ellos se saldrán, porque significaría una concesión "implícita o explícita".

Y aunque los socios de Gobierno han unificado posturas con el ala socialista del Gobierno para no desechar ningún voto, la parte catalana de Unidas Podemos han avisado a ERC de que si no avala la reforma laboral en el Congreso retirará su apoyo parlamentario al Govern de Pere Aragonès en la cámara catalana.

Los comunes consideran que esta falta de apoyo supone una ruptura de la confianza y creen que ERC "hace pasar motivos electoralistas por encima de los avances que supone la reforma", pese a que el portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián, lo niega.

Rufián que acusa indirectamente a Díaz de no moverse y hacerles apoyar un "trágala", ha reiterado hoy que no se sentirán culpables si vuelve la reforma del PP, ya que el Gobierno les prometió derogarla y "y no se puede llegar aquí y decir que son lentejas".

"Escucharemos hasta el último minuto, pero para negociar hay que hablar y hoy por hoy están más preocupados por vender su relato", ha lamentado Rufián.

Díaz también ha levantado el tono, toda vez que fuentes de Trabajo no descartan que la reforma ya en vigor pueda decaer mañana, y ha desvelado que sí ha habido propuestas sobre la mesa, que no son de ámbito político, y que aún están pendientes de respuestas.

"Como saben este Gobierno no se levanta nunca de una mesa. Hay tiempo y el tiempo no es una excusa. Hemos presentado propuestas respetando el acuerdo del Diálogo Social que no han sido respondidas e instamos a ERC a que nos sentemos y se sienten a negociar con seriedad en una mesa", señalaba la ministra de Trabajo que hasta en tres ocasiones ha hablado con los medios de comunicación del Congreso para insistir en que siguen negociando.

También con el PNV, que guarda silencio desde hace días, y que ha puesto como única condición para apoyar el decreto la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales.

"Confiamos. Todos los votos valen y son positivos", reiteraba la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, mientras el titular de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, resaltaba que la penalización de los contratos temporales que entró en vigor el 1 de enero "destaca" en los datos positivos de nuevos contratos indefinidos.

Y mientras Unidas Podemos y En Comú Podem intentan forzar a ERC para que facilite con su abstención la convalidación del decreto, en la calle los sindicatos vascos, con ELA y LAB a la cabeza, presionan para que el PNV no apoye la reforma si no se tramita como proyecto de ley para que pueda enmendarse.

Bildu mantiene su rechazo y ha añadido que no se siente afectado "por esto de la reedición de la pinza", aludiendo al PP y PSOE.

Por parte del PSOE, el portavoz de la Ejecutiva federal, Felipe Sicilia, también ha hecho un llamamiento para los que "dudan" y afirma que hay datos "evidentes" de que la reforma está funcionando en el mercado de trabajo.

Por otra parte, tanto el Gobierno como los socialistas no ven que peligre la legislatura si ERC o PNV se desmarcan de este decreto, apoyado por Ciudadanos, y Sánchez afirma que pase lo que pase agotará su mandato.

"El mundo no termina el jueves y queda mucho de legislatura. Hay muchas oportunidades de hacer lo que probablemente el jueves no se pueda hacer", ha dicho el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, como socio también de investidura de Sánchez.

Mientras la dirigente de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se congratulaba y afirmaba que "no me extraña que tanto Bildu, ERC como Podemos estén incómodos porque es el fracaso de su promesa electoral, pero el triunfo de la sensatez y de los empresarios, trabajadores y autónomos".