La primavera dará una tregua a los alérgicos al polen

Benjamín López
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Se espera una polinización «leve» en estos meses, lo que reduce el riesgo de alergia. La contaminación y el cambio climático agravan esta afección, cada día más extendida

La primavera dará una tregua a los alérgicos al polen - Foto: Arturo Pérez

Tras un invierno muy duro para los alérgicos al polen de cipreses y arizónicas, el peor en 25 años, se vislumbra una primavera mucho mejor para los que no toleran el de las gramíneas, de manera especial en el centro de España, incluida nuestra comunidad donde la intensidad de la polinización en primavera va a ser «leve». Una tregua para los más de ocho millones de alérgicos al polen que hay en España, la mayor parte de ellos al de las gramíneas. Esa es la conclusión dada a conocer ayer en Madrid por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) que ha elaborado su mapa de alergias de cara a la llegada de la primavera.

Se considera una polinización leve a aquella en la que el recuento de polen da como resultado entre mil y 4.000 granos por metro cúbico de aire. En ese parámetro se van a situar las comunidades del centro de España. En Castilla-La Mancha se esperan entre los 1.776 granos de polen de gramíneas en Toledo y los casi 3.000 en Ciudad Real, parámetros bajos que no deben afectar de manera muy intensa a los alérgicos al polen de las gramíneas.

Según explicó el doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC, la ausencia de lluvia en el invierno, siempre que continúe un panorama parecido a lo largo del próximo mes, va a ser muy favorable para que el polen de las gramíneas no alcance niveles altos. Una buena noticia para los alérgicos a este polen cuyo número aumente año tras año. En la última década «los alérgicos a las gramíneas han pasado del 35 por ciento al 74 por ciento del total; a las arizónicas del 9 al 23 por ciento; al plátano de sombra y la salsola del 7 al 14 por ciento, y al polen del olivo del 30 al 52 por ciento», asegura el especialista.

En la actualidad hay 8 millones de alérgicos al polen en España, más de siete millones lo son al de las gramíneas. Y es un problema que va en aumento, de tal modo que se prevé que para 2030 el número de alérgicos ascienda a 12 millones. La causa hay que buscarla, a su juicio, en «el efecto de la contaminación y el cambio climático sobre los pólenes». La emisión de partículas procedentes de las calefacciones y motores que usan combustible diésel altera la estructura del polen, haciendo que genere unas proteínas de estrés como mecanismo de defensa.

El problema, explican los especialistas, es que esas proteínas hacen que el polen sea más agresivo, de tal manera que aumenta la probabilidad de que pueda inducir una respuesta alérgica. Esa sería la explicación a por qué se observa más casos de alergia en las ciudades y en poblaciones cercanas a autovías que en zonas rurales. Además, explica el doctor Moral, «los altos niveles de contaminación en las ciudades favorecen el fenómeno de la inversión térmica que impide a los pólenes abandonar la atmósfera e incrementa el tiempo de exposición a ellos».

También el cambio climático que está alterando los ciclos de polinización de las plantas, asegura, tiene mucho que ver con esto. Y es que, razona, se adelanta el inicio de la floración y se retrasa el final, con lo que se amplía el periodo de polinización y, por lo tanto, el tiempo de exposición a los pólenes.

EL PEOR INVIERNO EN 25 AÑOS. Los alérgicos dejan atrás ya el peor invierno en 25 años. Las fuertes lluvias del otoño provocaron una polinización muy intensa de las cupresáceas -cipreses y arizónicas-  entre los meses de enero a marzo. «Además, la ausencia de lluvia en invierno ha hecho que no se limpie la atmósfera de pólenes agravado por los fuertes vientos registrados que ayudaron a diseminarlos», explica el doctor Moral.

El resultado ha sido que en ciudades de nuestra comunidad como Cuenca y Toledo los niveles de polen de cupresáceas se hayan visto multiplicados por entre 5 y 10 veces este invierno en comparación con el del año pasado. “Los pacientes alérgicos a este polen presentan síntomas con niveles superiores a 135 granos por metro cúbico por día y este invierno, ciudades como Talavera de la Reina ha recogido 6.153 granos y Guadalajara 4.992”. Toledo y Madrid, añade el especialista, «han batido récord de niveles acumulados en los últimos 25 años». De igual manera, advierte, se ha adelantado la floración del plátano de sombra y «si no llueve en los próximos días pueden registrarse también niveles muy elevados de este polen» que tiene su periodo de actividad de aquí hasta mediados de abril.

CONSEJOS ÚTILES. Los especialistas recomiendan algunas pautas de comportamiento para aminorar el efecto del polen en los alérgicos. Entre esas medidas se aconseja evitar salir a la calle entre las 12 del mediodía y las cuatro de la tarde, horas de mayor concentración de pólenes en la atmósfera. Si hubiera que salir, es conveniente hacerlo provisto de  gafas de sol y, sobre todo, de una mascarilla homologada, provista de una válvula, que hace de muro frente a los granos de polen y permiten hacer vida normal. También se aconseja utilizar purificadores de aire en los hogares y cambiarse de ropa nada más llegar a casa, ya que los granos de polen se adhieren a los tejidos.