«Los pacientes se citan cada ocho minutos, es poco tiempo»

Maite Martínez Blanco
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«A veces es más rápido prescribir un tratamiento que explicar al paciente porqué no se le prescribe»

Jesús López-Torres, médico de familia. - Foto: José Miguel Esparcia

Médico de toda la vida, Jesús López-Torres Hidalgo se licenció en Murcia en 1982 y desde entonces ha ejercido como médico de familia en Alcadozo, Villarrobledo y, sobre todo, Albacete. Desde hace unos años pasa consulta en el centro de salud zona VIII. En su haber no solo figura una larga trayectoria en la consulta, sino una intensa actividad científica. Es el autor principal de 12 investigaciones y ha participado en otras 19, amén de firmar cerca de 150 artículos en revistas médicas y más de 200 comunicaciones a congresos. Su esfuerzo le ha sido reconocido en el Día de la Salud. 

Médico de familia, ¿por qué eligió esta especialidad?

Las circunstancias me llevaron, pero no me arrepiento. Éramos unos 16.000 y había poco más de un millar de plazas MIR, por tanto, solo aprobar el MIR era una victoria. 

Muchos de los médicos de familia que pusieron en marcha el actual modelo de atención primaria, en los 80, se jubilan ¿hay relevo?

Una buena proporción de médicos de familia se jubilan en los próximos cinco años y en los próximos diez nos jubilaremos mucho más. Hay una necesidad de implementar plazas de medicina de familia en el sistema MIR. Desde la comisión nacional de la especialidad, a la que pertenezco, llevamos años reivindicándolo y se va incrementando pero no al ritmo necesario. 

Parece que esta especialidad no está entre las preferidas de los futuros médicos, ¿por qué?

No es una de las favoritas, pero tampoco hay un rechazo. Sobre todo cuando se conoce. El periodo de prácticas en Atención Primaria es breve, pero la impresión que se llevan los estudiantes es buena, al menos eso nos dicen, tras las prácticas empiezan a considerar la posibilidad de coger esta especialidad. 

¿Qué resulta más atractivo de la medicina de familia?

Lo más gratificante es la visión íntegra del paciente y la continuidad de la atención, en cualquier intervención que haces compruebas la evolución del paciente y si te equivocas puedes rectificar. Es de valorar también la cercanía que acabas teniendo con los pacientes, a muchos los conoces de jóvenes y sigues siendo su médico cuando ya tienen hijos. Esa relación es muy especial.

Es entonces cuando la consulta se convierte casi en un confesionario.

Lo sería mucho más si tuviéramos más tiempo, más minutos, para atender a cada paciente. 

 

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