Editorial

La parcela sanitaria es fundamental en la lucha contra el tabaquismo

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El tabaquismo es uno de los principales problemas de salud de nuestra sociedad actual y las cifras que arroja invitan a una importante reflexión, ya que en nuestro país es  la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte, puesto que su consumo provoca 52.000 muertes al año, aunque hay otra importante cifra que es que el 24% de la población de España sigue siendo fumadora, un porcentaje que en el caso de Albacete desciende ligeramente, hasta el 21%, lo que supone que más de 67.000 personas en la provincia fuman, con mayoría entre la población masculina.

La lucha contra el tabaquismo no es nueva, pues ya se suman décadas en aras de conseguir que las cifras de fumadores desciendan con distintas medidas, entre las que destacan la prohibición de fumar en centros de trabajo, en espacios públicos internos y también en los establecimientos de hostelería. Cierto es que han servido para que el número de consumidores de tabaco se redujese, pero no en una cantidad tan significativa como la esperada, porque la realidad es, como ya se indicó antes, que se continúa con unas cifras de mortalidad y de enfermedades demasiado elevadas. El consumo tampoco se ha frenado lo esperado y, con oscilaciones en los últimos años, destaca que en 2021 aumentó la venta de cajetillas de 20 cigarrillos en la provincia de Albacete. 

Nuevas medidas en la lucha contra el tabaco aparecen en el horizonte, como la de encarecer su coste, del que el Ministerio de Hacienda recibe una muy considerable cuantía, o ampliar los espacios en los que no se permita fumar, pero vista la evolución de las últimas décadas la parcela sanitaria se antoja como fundamental en la lucha contra el tabaquismo, tanto en el apartado preventivo como en el de programas para lograr la deshabituación tabáquica del gran porcentaje de fumadores existente entre la población. 

Los expertos en la materia resaltan que el abordaje de este problema de salud debe realizarse desde el ámbito de la Atención Primaria para llegar al conjunto de la población fumadora y que es precisa la coordinación e implicación de todos los profesionales sanitarios para acabar con esta lacra social. En este sentido, los especialistas en esta enfermedad aseguran que el Plan Respira ha sido una buena iniciativa a través de la que se han formado médicos de Familia y otros profesionales para poder hacer deshabituación tabáquica en los centros de salud, a lo que hay que sumar la actividad propia de la Asociación Española Contra el Cáncer.

Estos planes y medidas, para conseguir que aumenten en efectividad, también deben tener el pertinente respaldo económico de las administraciones, porque, vistas las cifras, se antoja una inversión muy rentable.