La piedra en el zapato de Cosentino

SPC
-

La empresa, con 1.400 millones de facturación en 2022 y 5.425 trabajadores, puede ver alterada su salida a Bolsa tras la condena por ocultar el daño de la silicosis a los empleados

La piedra en el zapato de Cosentino

Pocas empresas españolas pueden presumir de la trayectoria de éxito y expansión que ha experimentado el Grupo Cosentino que, en la actualidad, se encuentra preparando su salida a Bolsa para este año. Una operación en la que la valoración de la compañía puede superar los 3.000 millones de euros y en la que, lamentablemente, se ha cruzado una sombra que puede amargar sus planes bursátiles, después de la condena que ha tenido el presidente de la sociedad por cinco casos de silicosis en una marmolería filial de Vigo.

Se trata de un tema delicado que puede hacer peligrar una operación millonaria muy importante, por lo que Cosentino ha contratado los servicios jurídicos de los prestigiosos bufetes de abogados de Goldman Sachs y JP Morgan.

Los tres hermanos Francisco, José y Eduardo Martínez-Cosentino son la semilla de esta multinacional española que se dedica a la producción y distribución de superficies para la arquitectura y el diseño que, en 2022, facturó 1.401 millones de euros y tuvo 275 millones de euros de ebitda.

Asimismo, solo el pasado año creó casi 700 nuevos puestos de trabajo hasta alcanzar una plantilla que asciende a 5.425 empleados.

El grupo empresarial distribuye sus productos en más de 110 países y tiene implantación en 40, con filiales o activos propios comerciales en 30 de ellos. Cuenta con ocho fábricas de producción (siete en Almería y una en Brasil), un Centro Logístico Inteligente en España, y más de 140 instalaciones comerciales y de distribución. Más del 90% de su facturación se genera en los mercados internacionales.

Unos datos que dan idea del enorme volumen que representa este gigante, y que han valido para que Francisco Martínez-Cosentino sea nombrado Hijo Predilecto de Andalucía por el Ejecutivo regional y haya recibido la Medalla al Mérito en el Trabajo de manos del Gobierno central. La empresa también ha recibido el Premio Nacional de Innovación, concedido por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

Sin embargo, en un contexto económico de éxito, y cuando todo iba a velocidad de crucero, una sentencia judicial ha puesto en jaque los planes de futuro y expansión de la firma. 

La victoria judicial de cinco trabajadores de la compañía filial Granitel que opera en Vigo ha provocado en las últimas semanas que el Grupo Cosentino protagonice numerosas informaciones, pero no por sus logros económicos, sino por la condena que ha recaído sobre su presidente.

 El lunes 30 de enero Francisco Martínez-Cosentino declaraba por videoconferencia en los juzgados de Vigo y mostraba su conformidad con una pena de seis meses y tres días de cárcel por cinco delitos de lesiones graves, una rebaja notable respecto a los dos años y nueve meses de prisión que solicitaba inicialmente el Ministerio Público de este procedimiento.

La reducción de penas fue posible gracias a que la Fiscalía aplicó la atenuante muy cualificada de reparación del daño, al hacer frente en solitario al pago de indemnizaciones por 1,1 millones de euros a los cinco trabajadores, así como por la de dilaciones indebidas.

'Silestone'

El producto principal de Cosentino, el Silestone, un aglomerado de cuarzo, es la causa de esta condena, ya que, según el fallo, el contenido de sílice es de un 95%, por lo que la «manipulación, corte y pulido» provoca un polvo con un «elevadísimo porcentaje de sílice libre cristalina».

Lo más grave de la sentencia es que asegura que el condenado era conocedor, al menos desde el año 2000, de los riesgos y «peligrosidad» de la manipulación del Silestone, ya que varios de sus empleados habían contraído silicosis pero, a pesar de ello, no facilitó esta información a clientes como Granitel.

En definitiva, una sentencia que ha puesto en el disparadero a una firma que tenía todos los mimbres para un futuro muy prometedor pero que si no gestiona bien esta crisis judicial puede poner en peligro su futuro y el trabajo de generaciones.