Entre la tarde del viernes y la noche de este sábado, según la Agencia Estatal de Meteorología, Aemet, cayeron en Ossa de Montiel ni más ni menos que 103 litros por metro cuadrado, algo que, según Pedro Jesús Peñarrubia, concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de este municipio, ni los más longevos del lugar recordaban y que trajo consigo no sólo una importante y sorprendente crecida del arroyo Alarconcillo, afluente del Guadiana, a su paso por la localidad, con su consiguiente desbordamiento, sino también una impresionante subida en el nivel del agua de las lagunas de Ruidera, con sus cascadas más conocidas, en pleno reventón, por expresarlo de alguna forma, y algo, por otra parte, digno de ver.

Después de horas y horas lloviendo ayer tocaba primero ver los efectos y luego actuar ante los importantes daños y otros destrozos que había causada tanta agua en el casco urbano, en la parte baja del municipio con calles encharcadas, muros, verjas y árboles arrancados, matorrales y otras vegetaciones aplastadas, garajes y bajos de casas inundados con pérdidas que en algunos casos pueden llegar a representar hasta el 80% de los enseres que tenían, y vehículos destrozados, como la furgoneta del hombre que permaneció aferrado a un árbol en mitad del arroyo y durante horas antes de ser rescatado, o el que quedó en el interior de un garaje. Luego está el campo, con más de una cosecha que ha quedado arruinada y más de un invernadero roto.

Ante esta circunstancia, el Ayuntamiento celebrará el miércoles pleno extraordinario para solicitar la declaración de zona catastrófica, y poder acceder al máximo nivel de ayudas.

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Tanto en la tarde del viernes como durante la jornada de ayer, el Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 1-1-2 de Castilla-La Mancha registró un total de 20 incidencias en el término municipal de Ossa de Montiel.