«Los divisionarios aguantaron lo difícilmente soportable»

V.M
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«Llama la atención el porcentaje tan elevado de estudiantes»

Carlos Caballero, durante su visita a la zona donde combatió la División Azul. - Foto: C.C.J.

El historiador Carlos Caballero Jurado (Ciudad Real, 1957) presenta hoy en el Ateneo (13 horas) La División Azul, de 1941 a la actualidad, obra que ofrece un análisis exhaustivo sobre una de las unidades militares que más interés despierta entre los estudiosos de la Segunda Guerra Mundial. Desde el repaso a las operaciones militares donde intervino, testimonios o entresijos políticos, el autor (en la imagen visitando los campos de batalla del frente ruso) ofrece una visión global.

¿Ha pasado ya el tiempo suficiente para analizar este hecho histórico lejos de prejuicios establecidos?

Creo que debería haber pasado, pero no han desaparecido del todo cierto prejuicios, sigue habiendo un análisis apriorístico, muy ideológico, sobre el tema, por ejemplo la muy activa propaganda británica no se cansaba de repetir que Franco sacaba de las cárceles a los voluntarios, algo a todas luces exagerado, porque no tiene lógica ni refrendo documental el hecho de mandar al frente a enemigos del régimen armados, sin embargo se sigue repitiendo.

¿Mantiene la tesis de que la inmensa mayoría de la División fue voluntariamente?

Efectivamente, llama la atención el porcentaje tan elevado de estudiantes que se alistaron, algo que se refleja muy bien en la cantidad de libros publicados, no hay ninguna Unidad del Ejército español donde sus integrantes hayan escrito tantas obras, desde memorias a diarios.

Y esa idea de los recelos nazis hacia ella, ¿se sostiene?

Hay que distinguir dos niveles, por un lado las autoridades alemanas nunca dijeron una palabra en contra de la División Azul e incluso cuando se ordena el repliegue del contingente español se crea una medalla conmemorativa para los voluntarios, la única para una Unidad extranjera. Otra cosa es que a título individual muchos alemanes tuvieran prejuicios racistas, algunos mandos llegaron a poner en duda su eficacia en el combate, caso del general del Cuerpo de Ejército Wilhelm von Chappuis, pero lo cierto es que por donde nunca lograron penetrar los soviéticos fue por el frente de los españoles; es irónico que el propio Von Chappuis acabase suicidándose después de que el III Reich condecorará con la cruz de caballero a Muñoz Grandes, jefe de la División Azul.

Mención aparte merece las condiciones extremas que vivieron los divisionarios, ¿no?

Así es, los voluntarios aguantaron lo difícilmente soportable, no sólo las ofensivas y el fuego de artillería soviético, sino temperaturas extremas de 40 grados bajo cero.

¿Algún hito bélico digno de destacar?

Sin lugar a dudas la batalla de Krasni Bor, en febrero de 1943. Sólo le daré un dato: durante la Guerra Civil española el mayor volumen de fuego de artillería en una jornada se registró en el asalto a la Sierra de Cavalls, dentro de la batalla del Ebro, con 10.000 disparos, mientras que el 10 de febrero de 1943 los soviéticos hicieron 40.000 disparos de artillería de campaña sobre el sector de la División Azul , jamás ningún soldado español en la historia fue sometido a tal virulencia de fuego y al final puede decirse que la batalla supuso una victoria defensiva para ellos, porque el enemigo no sobrepasó el borde posterior de la zona de resistencia. Otro episodio fue la balla del Lago Ladoga, cuando se rompieron las líneas alemanas para enlazar con Leningrado, hubo una serie de combates para cerrar esa brecha donde se empleó un batallón español, que llegó al frente con 550 hombres, de los que sólo quedaron 25 tres días después; en relación a este episodio hay que citar la travesía del Lago Ilmen de una compañía de esquiadores de la División Azul, desplazada para ayudar a unidades cercadas, de sus 200 efectivos quedaron indemnes 12. En este sentido, el número de bajas de divisionarios ascendió a 5.000 y hubo sólo 500 prisioneros, a lo deben sumarse varios miles de heridos o mutilados (el contingente inicial fue 18.000 hombres, pero en total fueron 45.000).

La decisión de enviarla, ¿fue una solución salomónica por parte de Franco?

Creo que la decisión no se tomó desde un punto de vista estratégico, sino que primó el aspecto ideológico, porque es cierto que el régimen tenía asumido que el comunismo era un peligro real para la humanidad.