El Albacete Balompié se encuentra en un momento extraño, una encrucijada en la que ganar significa mantener las opciones a todo y seguir dependiendo de uno mismo y perder empezar a hablar de una mala racha en uno de los momentos claves de la temporada.
El mes de febrero viene cargado, con esos partidos aplazados con los que el equipo puede recuperar el liderato. Pero todo eso pasa por ganar hoy al Cornellá, con dar un golpe encima de la mesa desde de un inicio de 2022 que nadie esperaba tras ver como acabó el equipo el 2021. Está claro que el equipo ha podido ganar experiencia y calidad con los refuerzos invernales y que tiene todas las papeletas para ser uno de los candidatos a ese primer puesto del grupo que otorga el ascenso directo, pero gran parte de todo ello pasa por conseguir romper ese momento titubeante que vive el equipo con un triunfo que ponga fin a una situación peculiar.
El Alba acabó 2021 como un cohete, primero en la tabla y con una solidez en su juego importante. Pero arrancó el 2022 con malas noticias, un brote de Covid que obligó a aplazar dos partidos, la lesión de Fran Álvarez, la derrota en el Belmonte y una sequía goleadora cuanto menos preocupante, sin anotar en tres partidos consecutivos en los que solo se pudieron sumar dos puntos de nueve.

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