No sin muchas controversias, como ocurre con casi todo lo que está relacionado el mundo del fútbol, LaLiga firmó el año pasado un acuerdo con el fondo CVC con el objetivo de inyectar fondos en las maltrechas arcas de los clubes profesionales, mermadas a causa de la pandemia. Lo que algunos consideraron un pan para hoy y hambre para mañana, salió adelante de forma casi unánime, ya que 37 de los 42 clubes que forman LaLiga aprobaron dicho acuerdo.
El pasado lunes LaLiga y el propio Albacete Balompié informaron de que tanto el club manchego como el resto de  equipos ascendidos a Segunda División (Racing de Santander, Andorra y Villarreal B) se adherían a LaLiga Impulso. A grandes rasgos se trata de recibir una cantidad de dinero a modo de préstamo participativo que sirva para el crecimiento en infraestructuras, marketing y tecnología, montante que será devuelto por los clubes quitándoles un pequeño porcentaje de sus derechos audiovisuales. El plan de LaLiga es que gracias a estas inversiones el producto obtenga mejores contratos con el paso de los años que repercutirán positivamente en los ingresos de los clubes y rentabilizar así este acuerdo.

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