Uno de los pocos negocios abiertos al público son las gasolineras que, a pesar de que el tráfico se ha reducido considerablemente, siguen abiertas dando servicio sobre todo a los transportistas que trasladan bienes de primera necesidad durante este estado de alarma. Juan Moreno es el encargado de la Gasolinera Tamos y le toca atender tanto el suministro de combustible como la tienda y reconoce que lo lleva «regular porque tengo familia, mis hijos son pequeños y me da pena irme todo el día a trabajar y dejar a la familia en casa. Pero también es verdad que viendo que estoy muy expuesto al público, prefiero estar trabajando a estar en casa para evitar posibles contagios a la familia».

Su exposición al virus es total. Por ello, para evitar el contagio toman todas las precauciones. «En la tienda hemos puesto medidas de seguridad, los guantes son obligatorios, lavarse las manos con gel hidroalcohólico antes y después de salir de la tienda, tenemos mamparas de protección y además llevamos mascarillas y guantes».

De todas formas, en esta situación la clientela ha descendido, sobre todo en la gasolinera, donde Juan Moreno asegura que la bajada ha sido «de entre un 50 y un 60%, aunque incluso esperábamos que bajase más, pero como hay muchas empresas de alimentación y de bebidas que están trabajando vienen a repostar». Eso sí, lo que no se vende en combustible, parece que se ha incrementado en la tienda. «Tenemos supermercado y es muy cómodo comprar aquí porque no es el agobio de los centros comerciales y estamos abiertos 24 horas».

A Juan Moreno no le falta el humor y asegura que en estos días hay una estadística que ha descendido drásticamente. «La delincuencia ha bajado en un 100%, normalmente cada día tenemos a algún listo que nos quiere robar, pero desde que está el estado de alarma hemos notado que no viene ninguno de los que tenemos fichados del barrio».