El pasado lunes tuvo lugar el acto de entrega de los trofeos oficiales de la pasada Feria Taurina de Albacete y el diestro local Sergio Serrano acaparó el protagonismo, no sólo por recibir los trofeos a la mejor faena y al triunfador del serial, sino también por las palabras que dijo y en la que dejó claros algunos valores de su profesión. Uno es la entrega, la que él siempre ha tenido para abrirse paso en su profesión y otro el compañerismo, con el relato del capote, nunca mejor dicho, que le echó su amigo Paco Ureña en un momento delicado de su carrera y que le valió para abrirle el patio de cuadrillas de Las Ventas, cuajar una buena actuación y que la moneda cayese por la cara para continuar con su trayectoria, porque la cruz era dejarlo.
Emocionado y emocionante fue el sentido relato de Serrano, como emocionante es la solidaridad del mundo taurino, no siempre bien vendida a la sociedad. Esa misma noche, el vicealcalde y concejal, Vicente Casañ, dijo que ya se trabaja en la confección del cartel del Cotolengo y, como en ediciones anteriores, se llenará con nombres de toreros y ganaderos de la tierra que actuarán de forma desinteresada.
En el lado opuesto están los valores negativos, como dejar a Sergio Serrano fuera de la Feria de San  Isidro de Madrid, cuando el año pasado se ganó en el ruedo estar en el ciclo taurino madrileño, pero pesa más que ya no es apoderado por el socio en Albacete del empresario de Madrid.
Eso duele al torero, al aficionado y debería dolerle a los dirigentes del Consistorio, porque por ahí hay poca promoción taurina de Albacete.