Paco Mora

Paco Mora


Interrupción matrimonial

29/01/2022

La infanta Cristina y Urdangarin «interrumpen» su matrimonio. Toma del frasco Carrasco. Ahora ya no existe el «por ahí te pudras» ni la separación ni el divorcio, ahora el matrimonio se interrumpe en espera de mejor ocasión. «Interrumpamos el matrimonio, nena, que me voy de bureo unos días y luego vuelvo». Es como si dijéramos: «Señor cura, cásenos con derecho a interrupciones puntuales para echar una cana al aire». Hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad. O yo me he equivocado de mundo o este mundo se ha equivocado de mí. Lástima que uno haya llegado tan tarde para poder aprovechar ventajas de las que gozarán nuestros nietos, ya sean urdangarines e infantas o no…
«Oye, nena» le dice el muchacho a su hermana mientras pasean por la playa: «Ese que se está pegando el lote con esa rubia parece papá, y ella no es mamá». La hermanita mira de reojo al chico y le contesta. «¡Qué atrasado vives chaval, claro que es papá, y ella no es nuestra madre, pero ¿es que no te has enterado de que los papás están en pleno periodo de interrupción matrimonial?». Son diálogos con mucho futuro, si la cosa cuaja. Claro que no se sabe si las interrupciones se reservarán sólo para la realeza, o con el tiempo serán aplicables a todos los súbditos emparejados con bendición sacerdotal incluida…
Las costumbres ya no evolucionan, dan saltos en el vacío. El «casémonos para esta noche, que mañana Dios dirá» está al caer como variante matrimonial. Puesto que la «interrupción» tiene su peligro, ya que, si se contagiara, nos podríamos encontrar con su aplicación al pago de los impuestos sobre la renta y a todas las mordidas del Estado a la ya de por sí difícil economía de los españoles. Pero como le decía Don Quijote de La Mancha a su fiel escudero: «Cosas veredes Sancho amigo…».