Un tonto con un cencerro puede creer que tiene en sus manos la Filarmónica de Londres. Algo así pudo ocurrirle a Abellán con ese carguete compensatorio por haberse presentado en la lista electoral de Madrid por el PP. Cargo  que le ha subido el ego de tal manera que ha tomado la primera plaza del mundo por su feudo. Incluso se ha dirigido a Morante con un improperio, cundo para él, que ha intentado ser torero, que el poblano le dirigiera la palabra debería ser como hablar con Dios y que le conteste.
Cuando Morante se quejó a Abellán del estado del piso del ruedo venteño, que ciertamente estaba impracticable después de la lluvia, el mocito engallado le contestó: «pues no te anuncies», a lo que el poblano le espeto, «eres un chufla». Este inútil rifirrafe que está consumiendo espacio en los medios informativos, no pasa de ser un error por ambas partes, ya que Morante, que hace mucho tiempo que pugna por el arreglo del ruedo de Las Ventas, cuando llegó y vio las condiciones impracticables en las que estaba, y dado que esto viene de lejos y aquí todo el mundo se llama andana, debió dar media vuelta meterse en su coche y marcharse al hotel, quitarse el traje de luces, vestirse de paisano e irse al cine.
  Al fin y al cabo Morante había firmado un contrato con la empresa arrendataria de la plaza y no con la Comunidad de Madrid, que es para quien trabaja -o se mueve por el callejón- el crecido Abellán. Lo del encharcamiento del ruedo madrileño trae mucha cola, y tanto eso como el estado general ruinoso de Las Ventas le corresponde solucionarlo a la propiedad del inmueble que no la representan ni Simón Casas ni Abellán, sino la señora Ayuso. Y no hay más cera que la que arde.