Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Los líos de Yolanda

10/09/2022

La vicepresidenta segunda no sabe estarse quieta, y debería aprender a hacerlo, porque provoca líos permanentes en el equipo de gobierno. Profundiza la brecha entre los ministros socialistas y los del PSOE y, por si no fuera suficiente, potencia los recelos entre los de Podemos y los de Izquierda Unida.

Ha pisado varios charcos, incapaz de reflexionar sobre sus propuestas y sobre todo incapaz de consultarla con sus compañeros. Cree que sus fórmulas son mágicas, y defiende ahora la congelación o bajada de precios de los productos más habituales en la cesta de la compra, para lo que se ha reunido con varios ejecutivos de las grandes superficies.

Cualquiera con dos dedos de frente sabe que si las grandes superficies topan sus precios firmarán el certificado de defunción de los pequeños negocios de alimentación, que ya sufren suficientemente con el hecho de que las cadenas de distribución priman a los grandes con precios difíciles de asumir por los comercios familiares, pero Yolanda Díaz no es de las que se caracterizan por el sentido común. No solo lanza una campaña para defender su propuesta sino que lo hace sin contar con Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación. Y ha contado la vicepresidenta con el ministro de Consumo porque es de Izquierda Unida, que si fuera socialista, o de Podemos, también pasaría olímpicamente de Alberto Garzón.

Yolanda Díaz es una política de cuidado. Mejor dicho, una política de la que hay que cuidarse, porque no se siente parte de un equipo. Lo cual es especialmente grave en un gobierno.

Planas cuenta con muchos años de experiencia en cuestiones agrícolas y económicas, ha trabajado en cargos de responsabilidad en la Unión Europea y en la Junta de Andalucía, y ha sido embajador en Marruecos. Su curriculum es de los mejores del gobierno, y ha sido muy claro: lo que propone Díaz no es legal y, además provocaría cierres indeseados. No firmará el decreto que defiende la vicepresidenta.

Yolanda ni se inmuta, va a lo suyo. Se cree líder de no se sabe muy bien qué, le entusiasma lanzar ideas de las que se hacen eco los medios de comunicación porque causan tensiones en el gobierno, no porque sean aconsejables. Busca el estrellato como sea, por cualquier medio. Utiliza a los sindicatos para potenciar su figura y le gusta moverse cerca de la CEOE, con la que ha llegado a algún acuerdo pero sin lograr que Garamendi doble la cerviz ante asuntos de imposible aceptación. Eso es lo que revienta a la también titular de Trabajo, que necesita oxígeno para Sumar, un proyecto que no despega y ella dice que está en proceso de escucha.

No se sabe bien cómo ha diseñado ese proceso, porque escuchar escuchar solo se escucha a sí misma. No hay una sola voz solvente que haya elogiado las iniciativas de la vicepresidenta. Ni en el gobierno, ni mucho menos fuera del gobierno.