El Albacete gana en Málaga y se coloca como líder

Diego Hernando (ADG)
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1
Málaga CF
2
Albacete Balompié
Finalizado
El equipo de Rubén Albés aprovechó su gran arranque de partido y administró su ventaja durante la segunda parte

Los jugadores del Albacete celebran uno de sus goles en La Rosaleda. - Foto: ADG Media

El Albacete asaltó desde el quinto puesto el liderato en solitario de Segunda División catapultado por su tercera victoria de la temporada, contra el Málaga en La Rosaleda por acción de dos contragolpes de manual convertidos por Higinio y Manu Fuster, respectivamente, en los 10 primeros minutos (1-2). Debutaron el recuperado Maestre y el recién fichado Javi Martínez. 

Se citaron en La Rosaleda un aspirante a la zona alta con un inicio irregular ante un recién ascendido que podía mandar en la categoría de plata por la inesperada derrota del hasta entonces líder Granada ante el Andorra. 

El Málaga recurrió de partida a balones rasos y a combinaciones rápidas por los costados. Sin embargo, el Albacete de Rubén Albés no admite bromas. Quizá por eso solo necesitó dos algaradas para dejar el choque casi resuelto antes del minuto 10. 

En la primera de ellas, minuto 5, una combinación entre Juanma y Manu Fuster en el corazón del área permitió al capitán servir un centro medido que Higinio solo tuvo que cabecear a puerta vacía, una obra de arte en espacios reducidos que supuso la rúbrica perfecta a la transición iniciada tras recuperar la pelota en campo propio. 

Con el titubeo instalado en las piernas del rival, solo dos minutos después llegó el segundo directo a la mandíbula malaguista. Fran Sol se equivocó y, de esta forma, abrió la posibilidad de una cabalgada de Juanma que identificó el pase correcto sobre el desmarque de Manu Fuster, y de nuevo, el 10 del Alba tiró de talento y algo de suerte para introducir en la jaula un lanzamiento que impactó en Genaro, desviando una trayectoria imposible de leer para el veterano Reina. 

Los locales trataron de recomponerse ante un resultado adverso madrugador y un ambiente poco propicio. Sin embargo, si algo tiene el Málaga es dinamita arriba con Rubén Castro, que solo necesitó un balón aislado para caer sobre el vértice del área y lanzar una volea que acarició el poste de la meta de Bernabé. 

Acto seguido, La Rosaleda apretó y los locales decidieron acudir en tromba sobre la muralla  manchega. Con mucha presencia en el área contraria a base de envíos aéreos, llegó el tanto que acortó distancias y el último del partido pese a anotarse en el minuto 18. De ello se encargó Escassi, de cabezazo durísimo que repelió Bernabé en primera instancia sin hacer nada cuando el veterano malaguista remachó a placer. 

Fue casi imposible imaginar una mejor tarjeta de presentación para el duelo. Como muestra, un contragolpe por la banda derecha guiado por Riki y rematado por Higinio ante el que solo se interpuso una estirada formidable de Reina sobre la línea de gol antes de cumplirse la primera media hora de una contienda con un ritmo tan trepidante que incluso afectó al colegiado principal, el vasco Gorostegui Fernández-Ortega, sustituido por el hasta entonces asistente Sánchez Sánchez por unas molestias musculares. 

Aún hubo margen, antes del paso por los vestuarios, para otra internada del puñal Álvaro Rodríguez, cuyo disparo rechazó el guardameta, único sostén de las esperanzas de sus compañeros en la primera parte. 

Ambos entrenadores movieron sus pizarras al arrancar el segundo tiempo. El local Pablo Guede dio entrada a Jozabed y al debutante N'Diaye en la segunda experiencia de éste dentro de la entidad malagueña. En el caso de Rubén Albés, por precaución tras un duro choque sufrido por Higinio, recambiado por Duba. Las permutas modificaron el esquema y surgieron problemas para dar salida limpia al balón sin el referente habitual en el juego de espaldas. Quizá por ello cobró protagonismo la segunda línea ofensiva de un Málaga que disfrutó con la pelota en los pies. 

Como consecuencia del dominio blanquiazul, Rubén Castro volvió a aparecer a través de un derechazo a la madera que llevó el susto al Alba. Acto seguido, lo intentó Fran Sol en un cabezazo que rechazó de forma milagrosa la pierna de Bernabé. El portero se erigió en el bastión para frenar las arremetidas de un adversario que sometió a sus compañeros a base de dinamismo y de buenas acciones entre líneas. 

La reacción del entrenador vigués fue retirar talento y control para sumar vértigo. El paso adelante se tradujo en la posible sentencia de Riki en una combinación dentro del área a la que llegó un segundo más tarde que Reina. 

La respuesta del ataque dirigido por Pablo Guede no tardó en llegar. Un contragolpe de manual lo remató Rubén Castro con un latigazo rozando la escuadra por la parte externa. 

La propuesta de convertir La Rosaleda en un correcalles supuso un riesgo que el Alba asumió con valentía e intensidad. Fueron minutos para demostrar la solidez de una defensa que nunca se equivocó y tuvo fuerzas para alimentar a un ataque con las ideas muy claras. Rubén Martínez se permitió un lujo en el área rival antes de rematar al larguero en la última acción de un envite que, además de dejar al Albacete líder en solitario, refuerza la moral de un vestuario que quiere alargar el sueño iniciado el 11 de junio.

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