Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Luis Roldán, de héroe a villano

25/03/2022

Se le consideraba uno de los mejores directores de la Guardia Civil, no solo por sus logros en la lucha contra ETA, prioritario en aquel momento, sino porque contaba también con el reconocimiento de los guardias, que decían que al fin un director se había ocupado de dotarlos de más medios para realizar su trabajo y mejorar sus condiciones de vida y las casas cuartel. Se ganó el respeto de la mayoría de los españoles, hasta el punto de que Felipe González barajó la idea de nombrarle ministro de Interior.

El héroe pasó a villano por una motivo que suele destruir biografías ejemplares: la codicia. Aquel hombre que acumulaba éxitos, paralelamente se hacía con buenos ingresos que le garantizaban una interesante calidad de vida. Cuando se vio acorralado huyó de España. Huida que provocó la dimisión irrevocable del ministro Antoni Asunción. Roldán le había engañado: amigo del ministro, le había asegurado que no pensaba huir, sino asumir sus responsabilidades.

Todo en torno a Roldán es rocambolesco. Desde esa huida hasta su detención un año más tarde. Que no fue detención sino entrega a cambio de una importante cantidad de dinero que Interior entregó, en una bolsa de deportes, al abogado de Roldán, Cobo del Rosal. Operación preparada por uno de los amigos de Roldán y ex colaborador de Interior, Francisco Paesa, un personaje al que el guion cinematográfico más imaginativo no le haría justicia. Paesa supuestamente había colocado el dinero de Roldán en un banco de Singapur, dinero que nunca vio el ex director de la GC, al que un tal capitán Kan entregó a la policía española en el aeropuerto de Laos. Esa fue la versión del ministerio, pero nunca se supo nada del capitán Kan ni de Laos, y la idea generalizada es que aquella escenografía nunca existió. Lo único real fue la detención de Roldán, su condena a 31 años por estafa, malversación, fraude fiscal y cohecho. Francisco Paesa estuvo "missing" cinco años, hasta que apareció su esquela en El País. No había muerto. Estaba bien vivo, y seguía ganando dinero en operaciones oscuras.

Roldán cumplió diez años de cárcel antes de que le dieran el tercer grado. Se instaló en Zaragoza, su lugar de origen, donde vivió en un apartamento de su madre en condiciones muy precarias, durante años trabajó para un amigo, lo que le permitió el acceso al tercer grado. Se volvió a casar, su vida fue ya siempre muy de puertas adentro y sus relaciones eran escasas. Su mujer falleció hace escasas semanas.

Para bien o para mal ha sido una de las figuras emblemáticas del felipismo. Un personaje que sumó triunfos, y que provocó estupor e incredibilidad cuando se conocieron sus andanzas y, después, vergüenza por el alcance de sus delitos y de sus mentiras.

Su nombre se convirtió en símbolo del villano. Pícaro pero villano. De biografía oscura, pero con momentos gloriosos.