Desde hace una semana la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores de Albacete tiene para los próximos cuatro años un nuevo presidente provincial, Jorge Navarro, en sustitución de José Pérez Cuenca, quien dejó este cargo tras 30 años al frente de Asaja. Navarro, que fue elegido por unanimidad en el seno de la XXX Asamblea General Ordinaria, desde 1989 viene ocupando diferentes responsabilidades en la ya constituida  Asaja, primero como vocal en su junta provincial y desde 1997 como secretario general, responsabilidad en la que está durante 22 años. Su comité Ejecutivo Provincial,  formado por 15 personas, combina experiencia y juventud con la entrada de cuatro jóvenes, y sólo en lo que es la provincia, esta Asociación cuenta con 6.500 socios y en la región castellano-manchega con más de 40.000. Dispone de sede propia en la  capital y de un equipo de 10 personas fijas, además de los eventuales, e igualmente no sólo tiene las cuentas saneadas, dice Navarro, sino también oficinas en otros puntos de la provincia como Villarrobledo, Almansa, La Gineta, Casas Ibáñez o Villamalea. 

Antes de ser presidente provincial de Asaja Albacete, usted fue primero vocal de su junta directiva y luego secretario general durante 22 años. ¿Ha cambiado la agricultura que había en 1997 con la del 2019?

Ha cambiado la mentalidad e incluso las formas de trabajar la agricultura pero, sobre todo, lo que ha cambiado es la visión que tienen los agricultores  de los cultivos que tienen que poner.

En los últimos años no sólo se ha visto como el cereal va de capa caída no cubriendo los costes,  sino también como en secano el  que  predomina es el almendro y sus  nuevas variedades, más ajustadas al clima extremo que estamos teniendo con floraciones más tardías, y algo el pistacho, y en regadío como poco a poco se está dirigiendo  a los frutos secos y a las hortícolas. 

 No obstante, al margen de lo anterior, hay que decir, por un lado, que  los cultivos tradicionales, como son el viñedo y el olivar, continúan estando con una destacada presencia, en el caso del primero en Mancha, Manchuela y parte de la zona de Almansa, y en el caso del segundo, en el Campo de Montiel, en la Sierra de Alcaraz y en la Sierra del Segura, además de que continúa habiendo frutales, más presentes en Tobarra y Hellín y comarca. 

Y por otro, que últimamente se está viendo un buen futuro a lo que son los forrajes tanto por su buena adaptación al clima y al suelo albacetense como por su buena exportación a los países árabes y a China.  Han cambiado algunos cultivos pero lo que no ha cambiado, en definitiva, ha sido el color del campo albacetense y que continúa siendo igual de verde que antes gracias a los herbáceos y a sus siembras en otoño, y es que el agricultor conoce el terreno.

Acaba de hablar de lo tradicional y de lo nuevo y de cómo el cereal ha entrado en ‘capa caída’. No obstante, ¿cuál es su futuro?

Lo que no va  para el cultivo de almendro es cierto que podría ir para pastos, pero ganaderos, sin embargo, cada vez hay menos por los problemas que tiene la ganadería  por los bajos precios que pueden llegar a alcanzar, la carne o la leche, o por la falta de mano profesional que hay. 

¿Resulta  rentable ser agricultor, o no? 

Esto dependerá y mucho de cómo se enfoque la agricultura y de la explotación agrícola que uno tenga a su cargo. 

El agricultor cada vez tiene que estar más formado, tiene que saber más del clima de su zona, de las características de la tierra y de que cultivos son los que mejor  le van, pero también el agricultor de hoy en día tiene que hacer muchos números para ser rentable. 

Antes, por ejemplo, se movía entre los cereales y las leguminosas e iba haciendo la rotación, ahora, por contra, es conocedor que ni uno ni otro valen lo que tenían que valer por el grave problema al que tenemos que hacer frente y que no es otro, desde la globalización, que el de los puertos, o  mejor dicho, con  lo que nos llega de los países del Mar Negro y sus exportaciones de maíz y de trigo o de Brasil, Argentina y Estados Unidos e igualmente   sus exportaciones, sobre todo, de maíz y menos de soja.

 ¿Qué es lo que queda entonces a  la agricultura albacetense?

En Albacete es muy difícil salir adelante con la agricultura de secano. Periodos muy secos pueden dar lugar, en más de una ocasión, a periodos lluviosos y muchas veces, además, en forma de tormenta. En otras ocasiones, por  contra, cuando el cultivo necesita de agua, está no llega.

No obstante, ¿cómo se presenta la cosecha este año?

Hay de todo. Este año la cosecha va depender y mucho de cuando se hizo la siembra, de la sementera. Los cultivos que se sembraron en octubre o en noviembre han pasado mucha sed hasta que llegó el 31 marzo y sus lluvias, y mucho se ha perdido. Los cultivos más tardíos no pasaron tanta necesidad como los otros pero, para que tengan un buen peso específico, tiene que seguir el tiempo bastante fresco y si puede ser que lloviese algo, mejor.

De momento va a ser un año más o menos normal, ni muy alto, ni desastroso, pero, repito, luego están los precios. Ya se apunta que  vayan a la baja una vez se ha empezado a cosechar en Jerez, Cádiz o  la parte sur de Sevilla, antes de seguir con Badajoz y la parte de Cartagena. En el mercado ya se dispone de cereal nacional, luego está el que está llegando a los puertos. En resumen,  los precios van a la baja pero los coste de producción, no.

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