"Ahora hemos tenido los mismos contagios que en Navidad"

T.R
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Luz María Moya es enfermera especialista de Pediatría que en el último año trabaja en la vigilancia epidemiológica, una experiencia que afirma ha sido muy gratificante

Luz María Moya muestra una herramienta de su trabajo como EVE. - Foto: Rubén Serrallé

Luz María Moya es una enfermera albacetense dedicada en el último año a la vigilancia epidemiológica, formando parte del ejército de rastreadores de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, que gracias a su buen hacer diario son el mejor escudo de protección para evitar la propagación del coronavirus  en la población albacetense.

Asegura que la experiencia vivida como EVE (enfermera de vigilancia epidemiológica) ha sido muy gratificante personal y profesionalmente. 

¿Cuánto hace que trabaja como enfermera de vigilancia epidemiológica en la GAI de Albacete?

No he sido de las primeras en llegar pero en noviembre próximo cumpliré un año, en el turno de mañanas del centro de salud Zona 1. Para mí ha sido una experiencia de aprendizaje continuo. Con mis compañeros la relación ha sido muy buena, porque todos han trabajado de forma excepcional, desarrollando una labor muy beneficiosa para la población, porque en muchas ocasiones hemos sido los únicos con los que los pacientes podían contactar cuando el sistema estaba más saturado. Hemos llenado la ventana que tenían las personas para acercarse al sistema sanitario, y hemos servido en ocasiones de desahogo, porque además de detectar los casos positivos hacemos el seguimiento de los contagiados. Para mí ha sido una experiencia muy gratificante.

¿Ha trabajado como enfermera o como especialista de Enfermería Pediátrica?

Sí, yo hice el EIR en 2013 y desde entonces siempre he trabajado en servicios pediátricos, hasta que hace un año llegué al centro de salud Zona 1 a trabajar como EVE, lo que me ha permitido conocer otra faceta de la Enfermería que hasta ahora desconocía por completo.

La evolución en los rastreos de casos positivos ha cambiado en el último año en cuanto a que el perfil de los contagiados es diferente ahora que en la primera o tercera ola, ¿verdad?

Sí, cuando empecé el año pasado, en el período de Navidad nos encontramos sobre todo a personas mayores, antes de la vacunación era lo que más veíamos, y personas adultas, y los contactos de los casos positivos eran más grupos de convivencia estable y familiares. Es verdad que en esta quinta ola, que hemos vivido en los meses de julio y agosto, ha sido un período crítico porque hemos llegado a tener los mismos casos que en Navidad, pero apaciguados por la vacuna, lo que ha hecho que la gravedad de la sintomatología de los contagiados sea mucho menor que en las anteriores olas.

El mensaje por tanto que debe calar es que la vacuna frente al Covid-19 no exime de contraer el virus, pero sí reduce los síntomas graves de la infección ¿porque afortunadamente la eclosión de contagios de esta quinta ola no ha tenido un reflejo en los ingresos hospitalarios?

Llamar a las personas que daban positivo a Covid y encontrarlas en casa con síntomas clínicos, y no como ocurría en Navidad que los llamábamos y muchas veces estaban hospitalizados, nos da tranquilidad. La vacuna ha supuesto un alivio, porque este verano ha habido muchos casos, sobre todo, entre gente joven, pero sin la gravedad de antes. Ahora lo que estamos notando es un repunte en los colegios, de la población que está sin vacunar. Afortunadamente la coordinación de los EVE con los centros educativos es muy buena. Hay insistir que la vacuna no exime de tener el virus, pero sí de tener una sintomatología menor.

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