Javier Ruiz

LA FORTUNA CON SESO

Javier Ruiz


Ángel Antonio

07/10/2021

Llegó como el látigo en la noche, igual que el relámpago de madrugada, lo mismo que el trueno de amanecida. Abrió la puerta del restaurante, dijo que se había perdido en La Mancha y se sentó a cenar como uno más, entre mi Begoña y yo. Lo bueno de la Fiesta de la Vendimia en Onda Cero es que ves a los gigantes sin gafas de aumento, a su tamaño natural, sin necesidad de acercar la vista. Ángel Antonio Herrera, periodista, poeta, poeta y periodista, personaje televisivo del couché, se quitó la mascarilla negra del zorro que traía y se puso a hablar. Hice de friki y me acerqué a él. Descubrí el talento y el fulgor a bocajarro, igual que Saulo cuando cayó del caballo. Allí estaba él, uno de los de Filipinas, de quienes vieron crecer este país en su vientre y lo contaron para deleite de sus lectores. La noche canalla brilla en sus pupilas como facas de cinco puntas. Comenzó a largar y la noche se acabó en la mañana.
Es quien mejor ha entendido a Umbral, en vida y después de muerto. Me contó algo que comparto y espero que no se enfade. Decía que el maestro contaba que una buena columna debía quemar una noticia, un soneto y un pensamiento. Y arder como una llamarada en el papel. Ángel Antonio, nombre de emperador, es de esos periodistas que ya no quedan, que lo mismo te hace un editorial que te cuenta el color de las bragas de la reina. Hay que valer para ello y haber leído todos los libros, que decía Mallarmé. Observándolo, me vinieron a la cabeza todos juntos. Quevedo, Larra, Valle-Inclán, Ruano y Umbral. La saga que hoy él continúa, que tiene en Raúl del Pozo su último bastión y que se perpetuará con grandes jóvenes como Lucas, Amón, Bustos o Christian Campos. El columnismo no muere jamás porque es como un esqueje del que siempre brota vida nueva.
Natural de Albacete, dice que vuelve a su Mancha para visitar a su hermano. A quienes se nos murieron los padres, siempre nos quedan los hermanos. La orfandad ya la llevamos por bandera y el mundo queda para ti solo. La noche se abre en canal para Ángel Antonio, apenas tiene secretos. Contó Marbella como nadie, la apoteosis y caída del gilismo y todo lo que vino después. Ahora está con Susanna Grisso en Antena 3 y con su verbo de rosa y fuego vierte la mañana en pensamientos. Lleva la metáfora ajada en la solapa y se bebió todos los whiskys. Me cuenta cosas de Sabina y el metro clásico. Hay que leer muchos endecasílabos antes de sentarse a escribir. Me dice también que un buen artículo le dura una hora larga. Cincela, relee y aguanta. Paciencia, la relectura es el cáncer del escritor, porque te quema una coma, te mata un punto. Juan Ramón lo sabía y así terminó, hipocondríaco en manos de Zenobia.
La alegría de encontrar a un poeta en la noche de los que leí cuando era joven me ha abierto la semana de par en par. Estamos de vendimia con la radio en el centro de La Mancha, como todos los años. Este octubre hemos terminado pronto y los capachos se llenaron antes. A ver cómo viene el precio y si vendemos la uva más cara que la poesía. Escribir de Ángel Antonio es hacer metaliteratura, pero lo bueno es que te da el artículo hecho. Le hice una entrevista con Raquel Cortijo en Albacete de la que todavía se acordaba. Ahora me ha dado un artículo impagable que imagino envolverá el pescado de la otra noche. Escribe por encargo y lo hace bien. Es de Príncipe de Asturias dormido, pero despertará. La noche se revuelve en su cuna mientras la mece la mano de Ángel Antonio Herrera.