Paco Mora

Paco Mora


¿Nadie parará a Putin?

19/03/2022

Putin erre que erre, a Dios rogando y con el mazo dando. De manera simultánea a la negociación encaminada a acabar con el crimen de lesa humanidad que está cometiendo con el pueblo ucraniano, el enano sangriento continúa bombardeando a la población civil indefensa de Ucrania. Si eso no es un genocidio inadmisible en un mundo civilizado, que venga Dios y lo vea. Mientras se habla de sanciones económicas contra los genocidas, Putin sigue asesinando hombres, mujeres y niños como si fueran insignificantes moscas.
¡Dios nos libre de los enanos con poder! En la historia de la humanidad ha habido varios pequeñines que se han autoerigido en dioses y que han dejado tras de sí inolvidables rastros de sangre, pero el mongolito ruso se lleva la palma. Y lleva camino de aumentar su palmarés de criminalidad impune, ante la paciencia y la templanza del bloque democrático occidental. Biden no pierde la calma, Johnson continua sin peinarse y China, Japón y la India         -los tres gigantes dormidos- no se sabe por dónde van a salir el día que se despierten.
Las declaraciones de los distintos estadistas que se manifiestan sobre el genocidio putinesco no pasan de ser una retahíla de buenas intenciones, que no son otra cosa que huecas palabras al viento. Aquí no hay más que una realidad y es que nadie tiene valor para dar el paso que frene al asesino ruso y sea capaz de ponerle una camisa de fuerza e internarle en un frenopático. Por mucho menos, Napoleón Bonaparte fue enjaulado en la Isla de Santa Elena, donde murió solo y olvidado, y su corazón fue conservado en un matraz que cayó al suelo se rompió y la víscera cardíaca del Gran Corso fue devorada por una rata.
Cosa que no debe ocurrir con Putin si un día es reducido a su santa Elena. ¡Qué culpa tienen las ratas!