Pide a los hombres que se sumen a la lucha por la igualdad

S.L.H.
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La consejera de Igualdad pide al sexo masculino que se sume a la lucha por la igualdad y "no solo de boquilla". Muestra «horror» por el concepto de amor romántico que tienen muchas jóvenes. «Mientras no os libréis de eso, la igualdad es imposible»

La consejera de Igualdad participó en la clausura del VI Foro 'Soy Mujer', organizado por encastillalamancha.es - Foto: Javier Pozo

Ser mujer nunca ha sido fácil y, aunque en las últimas décadas se ha avanzado mucho en favor de las mujeres, es también mucho el camino que queda por recorrer. Es por ello que hay que hacer un esfuerzo especial en la juventud para que los avances se consoliden y se logren nuevos objetivos. Ese esfuerzo debe enfocarse en las jóvenes y en los jóvenes. Así piensa, al menos, la consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, Blanca Fernández, quien aseguró que el feminismo no alcanzará su meta sin la complicidad de los hombres.  

Fernández hizo estas declaraciones en la clausura del VI Foro 'Soy Mujer', organizado por encastillalamancha.es, en el marco del Festival FEM, en el Campus Universitario Fábrica de Armas de Toledo, donde, ante decenas de universitarias y universitarios, apeló al sexo masculino: «Chicos, os necesitamos, necesitamos de vuestra complicidad para luchar por la igualdad, pero no solo de boquilla». 

La consejera recordó que hombres y mujeres somos iguales legislativamente hablando, pero la igualdad material aún no se ha conseguido. Añadió que cualquier dato que se segregue por sexo, habrá «enormes» diferencias entre el hombre y la mujer. 

En este punto, recordó a los jóvenes universitarios que más del 90 por ciento de las excedencias o reducciones de jornada laboral son solicitadas por mujeres o que más del 80 por ciento de los profesionales que trabajan en el sector residencial o en ayuda a domicilio también son féminas. 

Datos que la consejera de Igualdad también acompañó de otra realidad: la feminización de ciertos sectores centrados en el cuidado de las personas como, por ejemplo, enfermería o educación. «No hay estudios que demuestren que el cerebro femenino está mejor preparado para cuidar de la vida, si no que es la estructura milenaria la que dice que eso es lo que se espera de nosotras», dijo. Es por ello que confesó ser una convencida de que la educación, la socialización y la cultura son «las que hacen que los caminos entre hombres y mujeres se bifurquen». 

Puso de ejemplo que cuando somos niños tratamos de igual a igual a nuestros compañeros, pero años después, estos tres factores hacen que veamos el mundo de forma diferente. «El feminismo no es otra cosa que la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, que no sea un límite el sexo que tienes, que no, por ser mujer, se espera ya que sea buena maestra o profesora, pero no ingeniera o piloto».

El amor romántico. La consejera de Igualdad confesó otro «horror» muy asentado en pleno siglo XXI: el concepto de amor romántico que tiene buena parte de la juventud. «Nos da horror ver como las chicas jóvenes ceden a los mitos del amor romántico, a que controlen su forma de vestir. Esto no lo hemos superado, pero sabemos que mientras no os libréis de eso la igualdad es imposible».