El CP Villarrobledo inició la temporada con la esperanza de poder luchar por arriba, a pesar de tener que medirse a equipos con un gran potencial en esta reducida nueva Tercera RFEF que sufrió un importante incremento en su nivel con el descenso el pasado verano de varios clubes de la región que militaban en la Segunda División B.

Desde que comenzó la temporada, el equipo entrenado por el albacetense José Luis Fuentes ha vivido un sinfín de situaciones que no le han dejado conseguir la regularidad para estar arriba y no ha sido una cosa ha sido otra la que ha impedido a los troyanos conseguir más puntos que, seguramente, hayan merecido a lo largo del campeonato.

En las primeras jornadas se vio lastrado por las expulsiones, cuatro de forma directa y dos por doble amonestación. En el caso de Pablo Schmitt, un jugador importante a nivel defensivo, el central argentino recibió cuatro partidos de suspensión tras dos amarillas "que no fueron ni falta" comentó, sorprendido, al recibir la sanción que acabó de cumplir el pasado fin de semana.

La falta de gol ha sido un problema desde que comenzó la temporada, algo que parecía mejorar tras los refuerzos invernales, pero frente en las dos últimas jornadas ha vuelto a ser un problema que, junto a otros, provocaron dos derrotas en cierto modo inmerecidas.

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