Antonio García

Antonio García


Libros gordos

09/05/2022

Según un estudio elaborado a partir de la lista de The New York Times, los libros más vendidos tienen cada vez menos páginas. En América tienen una cultura del libro gordo, no únicamente los de bestselleristas oficiales sino los de autores prestigiosos. Para ellos la gran novela americana, que es su obsesión perpetua, es sinónimo de novela gorda, desde Moby Dick a Lo que el viento se llevó, pasando por cualquiera de Jonathan Frazen. Que ahora los libros empiecen a disminuir de peso puede ser señal alarmante de que sus autores han dejado de emprender la búsqueda de esa gran novela y se conforman con las que ya tienen, que no es poco. Los españoles, menos dados al espectáculo de lo excesivo, tendemos a las tallas medias y los libros más vendidos de la actualidad, de Rosa Montero, Javier Cercas, Millás/Arsuaga, son libros manejables, sin sobrepeso, lo que coincide con la talla corporal de sus autores. El gran autor de libros gordos en nuestro país es Juan Manuel de Prada, al que no cabe llamar espigadito, por lo que urgiría un estudio que, además de centrarse en el volumen de los libros, se aplicara a la masa corporal de sus autores, por ver si entre los dos hay relación de causa efecto. También debería mirarse, ya entretenidos en este tipo de estudios, si la lectura fomenta la obesidad y si el volumen del ejemplar es determinante para un mayor o menor aumento de peso. Es evidente que el libro gordo, por requerir mayor sedentarismo en horas de lectura, coadyuva al asentamiento de las arrobas, por lo que la tendencia americana a abreviarlo no sería sino una medida protectora ante el avance de la obesidad en el imperio. Los españoles, por lo general, leemos poco, así que el sobrepeso nos llega por otros apremios.