La Feria de Albacete, lugares y edificios

E.V.R.
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La sala de exposiciones del Archivo Histórico Provincial inaugura hoy una muestra sobre la evolución del Recinto Ferial, realizada por su directora, Elvira Valero, que podrá ser visitada hasta el próximo día 23

Imagen actual de la entrada a la Feria, obra con proyecto de Manuel Carrilero de la Torre. - Foto: A.H.P.

La Feria de Albacete como todas las de Europa Occidental surge en la Edad Media. La primera noticia  documental data del 21 de marzo de 1325. Se trata de una carta en la que se daba cuenta del traslado de la Feria de Albacete a Chinchilla de Montearagón mientras que aquella se repoblase.

El primer lugar donde se celebró la Feria fue la calle de su nombre. Un apunte del año 1444 ya menciona la barrera con que se cerraba el acceso a la villa por la calle de la Feria. Por diferentes motivos se perdió su celebración, recuperándose en 1542 en la misma calle y lugares cercanos como calle Zapateros, plaza Mayor y

Carnicerías. Para los ganados se designó el actual Paseo de la Feria y barrio del Pilar.

Sin embargo, el acontecimiento no se consolida, circunstancia que es aprovechada por los frailes franciscanos del convento de Los Llanos para retomarlo en su favor. Tras muchos años de conflicto y tras la concesión del Privilegio de Feria por Felipe V en 1710, la villa logra el control y por ello encarga al arquitecto Lucas de los Corrales, en 1771, el primer proyecto ex profeso para la Feria.

A pesar de que la historiografía ha negado la construcción de él, la documentación del Archivo demuestra lo contrario -como ya apuntó Luis Guillermo García Saúco-. Ciertos croquis del convento franciscano de Los Llanos

en 1780 (encontrados por Vicente Carrión) y un plano de ampliación de la cañada corroboran la existencia del recinto donde se celebraba «la vieja Feria».

El 4 de agosto de 1783 el Concejo Municipal acuerda la construcción de un recinto ferial en los ejidos de Santa Catalina. La proximidad de un abrevadero cercano al puente del Acequión, la dehesa de propios para pasto, y

la buena comunicación por la proximidad a dos vías pecuarias le proporcionaban una situación inmejorable.

El 7 de septiembre del año 1783 se inaugura la parte del edificio, diseñado por Josef Ximénez, que dio tiempo a construir en cuatro semanas. Plenamente funcional, basado en el utilitarismo Ilustrado, con toda una serie

de dependencias administrativas y de control, pero sobre todo comerciales que le dan una peculiar personalidad.

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