"Hemos trabajado por encima de las posibilidades"

T.R
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La enfermera Ana López ha trabajado el último mes en el Servicio de Medicina Preventiva, colaborando con la reorganización y reestructuración de los dos hospitales que integran el CHUA y su reconversión en infecciosos

Ana López, enfermera del CHUA. - Foto: A.L.P.

Ana López Poveda lleva 15 años trabajando como enfermera en el Hospital General de Albacete, aunque en el último mes por necesidades de la plantilla, ha estado al servicio de Medicina Preventiva supliendo las bajas de profesionales de Enfermería de este Servicio y en esta nueva labor ha colaborado en la reorganización y reestructuración de los dos hospitales que integran el Complejo Hospitalario y en su reconversión como hospitales de infecciosos creando circuitos de sucio y limpio para evitar que la infección por coronavirus se propagara.

Como otros compañeros de profesión, Ana López, afirma que ha tenido inseguridad e incertidumbre ante esta nueva enfermedad a la que nos enfrentamos, “porque es una enfermedad de la que desconocemos todo, y por mucho que quisiéramos controlarlo todo hemos tenido que aprender de ella todos y eso nos ha generado que en algunos momentos, sobre todo, al principio hayamos tenido que adaptarnos al material que íbamos teniendo”.

Reconoce que es cierto que la subida de la curba de casos del coronavirus “no ha pillado en Albacete como en el resto de hospitales del país con falta de material de protección, con masificación de nuestras Urgencias y con servicios colapsados”, lo que se resolvió creando nuevas unidades de hospitalización de pacientes con Covid-19.

Esta situación ha generado, en opinión de esta enfermera, que “hayamos tenido que trabajar por encima de las posibilidades y eso nos ha provocado mucho estrés y agobio”. Sin embargo, asegura que “todo el personal ha dado lo mejor de sí y eso es algo por lo que en general todos los pacientes están muy agradecidos”.

Insiste Ana López que las enfermeras y otros profesionales sanitarios “hemos intentado hacer nuestro trabajo lo mejor posible”, y lo cierto agrega es que “no dejamos de aprender de esta enfermedad nueva”.

Como el resto de los que están en primera línea en esta lucha, López Poveda señala que ha vivido situaciones muy dolorosas “con mucha carga asistencial y al mismo tiempo con emociones muy fuertes por el fallecimiento de muchos enfermos”, porque “la situación de aislamiento que han tenido que sobrellevar los enfermos es algo muy duro que hemos vivido, ya que al hecho de estar enfermos le sumaban la soledad”.

En ningún momento de este proceso ha perdido esta enfermera el miedo a poder contagiarse de coronavirus como le ha ocurrido a tantos de sus compañeros, “porque la infección está en todas partes y no sabes si te puedes infectar en un supermercado o al entrar en el hospital”.