La defensa del caso Jairo Roland recurre la sentencia

Josechu Guillamón
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En el cuarto aniversario de la desaparición y muerte de la víctima, sus padres y la acusación particular esperan que se mantengan los 20 años de prisión impuestos

Imagen del policía local condenado por el crimen de Jairo Roland Arcos. - Foto: EFE

El abogado Mariano López Ruiz, defensor del policía local que fue condenado a 20 años de prisión por la muerte de Jairo Roland Arcos, ha recurrido la sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.

Así lo corroboraba ayer a La Tribuna de Albacete el letrado, que comentaba que habían llevado el caso ante el Tribunal Superior de Justicia por tres razones.

La primera de ellas es que consideran que no hubo un delito de asesinato, sino que, en todo caso se trataría de un homicidio, como señalaba López Ruiz. «No existe la circunstancia de alevosía, ya que en ningún momento estimamos que él pudo buscar el momento idóneo para que la víctima no tuviera posibilidad de defensa, sino que fue un ataque tan súbito y tan rápido, que no le dio tiempo a meditar esas circunstancias».

Por otra parte, la defensa también considera que deberían apreciarse circunstancias atenuantes. «Consideramos que se tenía que haber apreciado la atenuante de dilaciones indebidas, por todo el tiempo que transcurrió en el Juzgado de Instrucción donde estuvo más de un año paralizado el asunto, prácticamente un año y medio».

El último motivo para recurrir la sentencia es que Mariano López Ruiz está convencido de que también se debería haber tenido en cuenta la atenuante de confesión. «Cuando la Policía va a hacer el registro en su casa, que no había orden de detención todavía, ni nada, porque era una simple sospecha, mi cliente lo confesó absolutamente todo, explicó donde se había producido la muerte y la forma en que se había producido, algo que sirvió para que la Policía cerrara toda la investigación».

Acusación particular. Por su parte, el letrado de la acusación particular, Emilio López Izquierdo, afirmaba que tanto él como sus clientes, los padres de Jairo Roland Arcos, «discrepamos de los tres motivos aducidos por la defensa». 

Sobre la posibilidad de calificar los hechos como un homicidio, López Izquierdo afirmaba que «no compartimos el argumento porque el asesinato es claro. Impidió cualquier posibilidad de defensa de Jairo (alevosía) y además lo hizo para que no se pudiese conocer que traficaba con droga (revelar un delito). Por tanto, nos oponemos al primer motivo».

En este sentido, el padre del fallecido, Jairo Millán Arcos, añadía que «lo asesinó en su trastero y al cuarto día lo sacó porque olía mal y luego lo tiró al río».

 En cuanto al segundo motivo, López Izquierdo manifestaba que  no existían dilaciones indebidas. «La causa era compleja, en parte porque J.M.P. (el acusado) no facilitó la investigación, y las diligencias practicadas eran múltiples y muy variadas. A lo que se añade que una gran dilación derivó de una prueba solicitada por la defensa (análisis de drogadicción e imputabilidad del acusado) y la ralentización de la Administración por una causa mayor, como fue la pandemia. Por tanto, tampoco compartimos el argumento».

  Por último, la acusación particular tampoco cree que deba haber una rebaja en la condena por confesión. «En ningún momento anterior a la investigación colaboró J.M.P., ni se personó en la Comisaría, ni facilitó los datos a Jairo padre, ni realizó ningún acto que favoreciese la investigación. El hecho de facilitar datos, una vez detenido, que la Policía ya conocía, no le favorece en nada. De hecho, el arma sigue sin aparecer. El móvil de Jairo tampoco y además trató de hacer desaparecer el cuerpo». 

La noticia del recurso caía como un jarro de agua fría en la familia de Jairo Roland Arcos, especialmente en la semana en la que se han cumplido cuatro años de su muerte y desaparición, como señalaba su padre, Jairo Arcos Millán. «El acusado tiene su derecho a recurrir, pero me gustaría que en vez de mermarle la pena le aumentaran años. Mi esposa está hecha polvo desde el primer momento y no puede superar ese dolor. Yo a veces también me siento muy mal emocionalmente y anímicamente, pero saco fuerzas y trato de ir hacia delante». 

En este sentido, recordaba que sus nietos, que ahora tienen 14 y ocho años «se han quedado sin padre» y que la pena de 20 años que le impusieron ya le parecía corta.