Piden 24 años de cárcel para un hombre por violación

Josechu Guillamón
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Según el escrito de acusación del Ministerio Público, el acusado agredió sexualmente a su sobrina hasta en tres ocasiones

Imagen de archivo de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. - Foto: Rubén Serrallé

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial juzgará hoy a un individuo que se enfrenta a 24 años de prisión, como responsable de tres delitos de agresión sexual.

El Ministerio Público solicita además que no pueda acercarse a su víctima en un periodo de 27 años y que la indemnice con 10.000 euros.

Según la Fiscalía, A., nacida en Burkina Faso en 1981, vino a vivir a España desde su país en diciembre de 2006, para ayudar a su tía, la cual estaba embarazada en esa fecha, conviviendo con esta y con su marido, el procesado Y.O.B., nacido en Burkina Faso, hace ahora 44 años, en el domicilio de ambos situado en Albacete. Al principio, la relación entre la joven y sus tíos fue normal, dedicándose ésta a hacer las labores de la casa y, en ocasiones, ayudaba a su tía en la cafetería cafetería que regentaba.

Al cabo de un tiempo, el procesado comenzó a pedirle a su sobrina que le diera un masaje al volver del trabajo y, al negarse ésta, el procesado le decía que esas cosas en España eran normales, llegando a decirle que era una retrógrada.

Entre finales de julio y principios de agosto de 2007, el procesado y su sobrina, fueron solos a la casa a recoger unas cosas y, cuando ella estaba en el salón, el procesado la empujó contra el sofá y le intentó arrancar la ropa a la vez que le tocaba los pechos y le cogía los pezones. Aunque intentó quitarle los pantalones no lo logró. Estos hechos se consideran prescritos.

Las violaciones. Según la Fiscalía, el 25 de agosto de 2007, la tía dio a luz y quedó ingresada en el Hospital. El procesado, después de pasar la noche con su esposa, volvió a su casa y allí estuvo hablando con su sobrina. Mientras se pasaba a la ducha el procesado, la joven siguió limpiando la casa. De forma repentina el procesado, se abalanzó sobre ella y, tras echarla en el sofá, comenzó a arrancarle la ropa, quitándole una camiseta que llevaba puesta.

El procesado intentó quitarle los pantalones y como gritaba le tapó la boca y la llevó hasta la cama de la habitación y tras forzarle a abrir las piernas y mientras le sujetaba las manos por encima de la cabeza, la penetró vaginalmente llegando a eyacular.

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