Las últimas décadas han despertado la sensibilidad de la mayor parte de las empresas de países avanzados como España en materia medioambiental. Objetivos como sostenibilidad o ecologismo ya no son nuevos y cuentan con partidas en sus balances y en sus planes estratégicos.

En este escenario, la responsabilidad conjunta de instituciones, compañías y ciudadanía es enorme a la hora de preservar el medio ambiente y combatir de manera contundente el cambio climático. Aunque es un trabajo que hay que realizar cada día, en el Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra este 5 de junio, es más necesario que nunca recordar la importancia de cuidar el planeta, el lugar en el que habitamos y en el que vivirán las generaciones futuras.

En la cabeza de todos debe estar claro que lo sostenible es el único modo de vida que podemos aceptar. En este sentido, lo tienen muy claro grandes empresas como Banco Santander, que lleva tiempo trabajando en pos de revertir la situación derivada del cambio climático mediante planes estratégicos que fortalezcan este gran reto. 

La entidad se ha convertido recientemente en miembro fundador de la Net Zero Banking Alliance para ayudar a movilizar el apoyo financiero necesario para construir una economía global de emisiones cero y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.

En este sentido, el banco ha hecho públicos sus primeros objetivos de descarbonización y ha creado una hoja de ruta hacia el año 2050 para alcanzar la meta de cero emisiones netas.

Para empezar,a partir de 2030, Santander dejará de prestar servicios financieros a clientes de generación de energía eléctrica cuyos ingresos dependan del carbón térmico en más de un 10% y  eliminará por completo su exposición a la minería de carbón en todo el mundo.

En los próximos meses, además, el banco compartirá los objetivos de descarbonización para otros sectores relevantes, como los de petróleo y gas, transporte, minería y siderometalurgia.

También trabajará con sus clientes para acompañarles y apoyarles en la transición hacia una economía baja en carbono, con la ayuda de equipos especializados en criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG).

Como ejemplo, el banco se ha propuesto seguir luchando contra la degradación de los ecosistemas  y su impacto negativo en el planeta, con acciones de conservación del entorno y la biodiversidad. Para sectores tan relevantes como los del petróleo y gas, transporte, minería o siderometalurgia, también hay planes, que serán dados a conocer por Banco Santander en los próximos meses.

Oportunidad

En este contexto, Ana Botín, la presidenta de Banco Santander sostuvo en la presentación de la hoja de ruta 2050 de la entidad que «somos uno de los mayores bancos del mundo, con 148 millones de clientes y, por eso, tenemos la responsabilidad y la oportunidad de apoyar la transición ecológica y animar a más personas y empresas a ser más sostenibles. Queda muchísimo por hacer, pero los compromisos que anunciamos son un gran avance por el que debemos continuar para dejar un planeta más saludable a las generaciones futuras». 

Avanzar hacia una economía verde

La entidad asegura que seguirá desarrollando productos verdes para sus clientes como hipotecas verdes, préstamos de eficiencia energética, créditos para la instalación de paneles solares, etc. Además, se ha comprometido a facilitar la movilización de 120.000 millones de euros en financiación verde entre 2019 y 2025 y de 220.000 millones hasta 2030. 

El grupo financiero es líder mundial en financiación de energías renovables . En 2020, impulsó proyectos de este tipo de energía con una capacidad total instalada de 14 mil MW, suficiente para suministrar energía a 10,3 millones de hogares y evitar la emisión de 60 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.