Muchas son las crisis que estaban agazapadas a la espera de que llegara la más cruenta e inesperada de todas ellas: la pandemia. Los problemas de producción que ha causado el coronavirus en todo el mundo han acelerado lo que estaba por llegar en cinco o 10 años: una crisis en las materias primas y en la producción internacional y, lo que es más grave, un preocupante déficit de transportistas de mercancías y de conductores para el sector de la logística y el reparto.
La falta de conductores profesionales en España afecta de forma desigual por provincias, pero se está dejando notar en todas ellas. Enrique Jiménez, presidente de la Asociación de Transporte de Mercancías de Albacete (Atralba), inscrita en FEDA, asegura que el déficit de camioneros «no es muy acusado» en esta provincia, porque no hay grandes núcleos industriales, pero sí grandes empresas del sector, lo que le hace calcular en unos 500 los conductores de vehículos de cuatro ejes y tráilers que hacen falta en esta provincia en estos momentos, una carencia que se estima en 3.000 a nivel nacional.
La provincia albacetense cuenta con una plantilla aproximada de 3.500 transportistas de carretera. Según estimaciones de la asociación internacional Astic, si la falta de conductores profesionales continúa acentuándose, en la próxima década se perderá más de un tercio de las plantilla, es decir, unos 1.100 en este territorio.
Jiménez afirma que la patronal del sector ha calculado que, en los próximos 10 años, entre los conductores que se jubilarán y los que abandonan el volante, faltarán alrededor de 15.000 transportistas en toda España. «El problema -explica- es que los jóvenes no se están incorporando al transporte, y en esta provincia, más del 70 por ciento de los conductores tienen entre 50 y 60 años».
La escasez de camioneros no solo está provocada por el auge del e-commerce desde que se decretó el confinamiento del 15 de marzo de 2020, lo que generó un aumento exponencial en el envío y la distribución de paquetes procedentes de todas las partes del mundo a toda la provincia. El déficit obedece también al poco interés mostrado por los jóvenes sobre este oficio, debido a varios factores: por lo duro que resulta el oficio, por la obligación de permanecer fuera de casa durante muchos días, más si eres transportista internacional, y, lo más importante, el elevado coste que supone la formación especializada para manejar vehículos pesados, que puede alcanzar los 6.000 euros.
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