Funeral por todas las víctimas del coronavirus

Redacción
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El oficio será el próximo viernes a las 20 horas en la Catedral, será presidido por el obispo de la Diócesis, Ángel Fernández, y 117 familias ya han manifestado su deseo de asistir

Interior de la Catedral de la capital y en donde se oficiará la eucaristía. - Foto: José Miguel Esparcia

El próximo viernes, día 17, a las 20:00 horas en la Catedral, el obispo de Albacete, Ángel Fernández, va a presidir el funeral diocesano por todas las víctimas del coronavirus. Hasta el momento son 117 familias las que han comunicado su deseo de asistir enviando un correo electrónico a catedral@diocesisalbacete.org y tendrán un sitio reservado en la Catedral. Una celebración que asimismo se podrá seguir en directo a través de las redes sociales de la Diócesis de Albacete. Además de algunos familiares hemos recogido su testimonio ante la pérdida de sus seres queridos durante la pandemia. Estos son sus testimonios.

¡Gracias Dios mio!. (Antonio Rubio).No, no estoy dando gracias por lo ocurrido con el COVID19, sería irracional; las doy porque siento que, en esos momentos de desolación vividos, me escuchó. Somos conscientes de nuestra fragilidad y de nuestro paso por esta vida, pero siempre queremos ‘arañar’ un poquito más, y es muy habitual desear que cuando nos llegue el último momento en este mundo, sea rápido y no haya sufrimiento.

Esto es lo que yo pedí a Dios cuando mis padres enfermaron por Covid 19: que, si era su momento de abandonar esta vida, fuera rápido y no sufrieran, que no se dilatara inútilmente en el tiempo con sufrimiento cuando ya no hay esperanza. Y sí, me escuchó, primero falleció mi madre en escasos tres días desde que empezó con síntomas y estando sedada el último día. Quince días después falleció mi padre, sin llegar a saber que su esposa ya lo estaba esperando con el Padre, e igualmente, en escasos tres días con sedación el último.

Gracias porque Él siempre escucha sí se lo pides con fe y confianza; Él no falla nunca. En la pena hay consuelo, en la esperanza hay ilusión, en la fe hay confianza, en la vida hay alegría. Él hace que te quedes con el 90% de buenos de recuerdos, que te hacen mirar siempre hacía adelante con una sonrisa; y no con el 10% de malos recuerdos, que te llenan de culpabilidad, pero que sí que sirven para recordarnos un punto de mejora: que somos humanos y fallamos.

No puedo decir lo mismo de aquellas personas ‘responsables’ que me impidieron no acompañar a mis padres en el tránsito último y despedirnos con un ‘hasta pronto’ juntos de la mano, dejándolos fallecer en soledad. Ellos no escucharon, no tienen esa humanidad y ética que nos aporta la fe en Jesús. Así es, las personas fallamos, Dios no. Por lo tanto, perdonamos sin rencor, pero con la esperanza de que aprendamos de esta desgracia y avancemos.

Tampoco puedo olvidarme de todas aquellas personas en el mundo, que prácticamente viven su día a día en una situación permanente de pandemia por distintas razones, y no siempre por un virus. Para nosotros probablemente haya sido algo temporal, para ellos, su vida cotidiana. Seamos conscientes de que para otras personas es mucho peor de lo que nosotros hemos vivido, y luchemos por hacer un mundo mejor empezando por todos los que nos rodean, y estirando las manos hasta intentar tocar a los más lejanos.

Dejemos nuestro granito de arena, para que cuando nos llegue el momento de abandonar este mundo, sea un poquito mejor y más agradable. No es imposible.

(Más información en la edición impresa).