Hay iniciativas que mueven la solidaridad de muchas personas, aunque no se conozcan, como ha ocurrido con la que puso en marcha el tobarreño Adrián Sánchez Algarra, que reside en Murcia, para traer familias ucranianas a España. Desde que se inició la invasión rusa de Ucrania estaba pensando cómo ayudar y, tras conocer el proyecto que llevó a cabo Joaquín Acedo, un bombero jubilado de Tomelloso, que acudió con dos furgonetas y una ambulancia de Socuéllamos para apoyar en la medida de lo posible (la ambulancia fue dejada en la frontera de Polonia para que la utilizara el ejército ucraniano), decidió poner en marcha algo parecido.

Grupo de 'whatsApp'. Por recomendación del propio Acedo, que le hizo partícipe de su experiencia, abrió un grupo amplio de WhatsApp en el que incluyó a  sus familiares y amigos contándoles la idea: «después de una semana en contacto con personas y asociaciones que han estado yendo a la frontera de Polonia con Ucrania para traerse refugiados, he decidido ir con una furgoneta de nueve plazas para  traer a España al mayor número de personas posibles, obviamente como suele pasar en todas estas ideas que se hacen de manera altruista y privada, no hay ningún tipo de ayuda por ninguna entidad, por lo tanto, si os apetece y estáis en condición de colaborar, toda ayuda es bienvenida». Y la solidaridad hizo el resto. En poco tiempo logró recaudar una importante candidad de dinero en metálico  a la que se sumó la que podían aportar otras personas que también querían ir, «pero no tenían dinero suficiente para alquilar una furgoneta. De manera que unimos fuerzas y conseguimos un grupo conformado por cinco madrileños, uno de Petrel, otro de Valencia y otros dos de Molina de Segura y  de Murcia que, sin conocernos de nada, decidimos alquilar las furgonetas e iniciar la marcha (el propietario de una empresa de coches de Albacete, Óscar Serrano, natural de Tobarra, cedió una de manera gratuita). En principio teníamos una lista de unas 12 o 13 familias, mujeres y niños principalmente, algunas de ellas se fueron borrando por el miedo a las mafias que están operando, pero finalmente se sumaron otras y vinieron con nosotros más de 30 personas, para las que ya teníamos familias de acogida en distintas partes de España, incluida Tobarra», en donde actualmente ya residen otras familias llegadas por otros conductos.