Los casos graves de espina bífida bajan por el ácido fólico

T.R
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La neuropediatra del CHUA, la doctora María del Carmen Carrascosa, aconsejó a las futuras gestantes que dos meses antes de embarazarse inicien el tratamiento como mejor prevención

Imagen de archivo de un recién nacido en la Unidad de Neonatos del CHUA. - Foto: consuelo lópez

a espina bífida afecta a  un feto de cada 10.000 y causa secuelas motoras y sensitivas durante toda la vida. Las causas de esta anomalía, que se diagnostica en la semana 20 de gestación, se desconocen, pero los defectos en el tubo neural se pueden prevenir en las mujeres que proyectan quedarse embarazadas tomando suplementos de ácido fólico, antes y durante parte del embarazo. Hoy se celebra el día mundial de esta dolencia, que constituye la segunda causa de discapacidad física en la infancia, después de la parálisis cerebral.

Así lo indicó ayer la doctora María del Carmen Carrascosa, neuropediatra del Servicio de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, que insistió en la necesidad de concienciar a las futuras gestantes para que dos meses antes de quedarse embarazadas inicien el tratamiento con ácido fólico, «la que se ha dado en llamar la píldora del día de antes», así como durante los primeros meses del embarazo coincidiendo con el período de formación de los órganos del bebé, porque «este fármaco universal, inocuo, barato y efectivo reduce en un 70% la incidencia de los casos graves (lo deja en uno cada 12.000)  de esta malformación congénita del tubo neural, que se caracteriza porque uno o varios arcos vertebrales posteriores no han fusionado correctamente durante la gestación y la médula espinal queda sin protección ósea».

De hecho, la ingesta de este medicamento, en opinión de la doctora Carrascosa, además de la interrupción legal del embarazo por anomalías congénitas, ha hecho que en los últimos cinco años los pediatras del Hospital General de Albacete no hayan tratado ningún caso grave de mielomeningocele, un tipo de espina bífida, que consiste en un defecto de nacimiento en el que la columna vertebral y el conducto raquídeo no se cierran antes del nacimiento, cuando antes se veían una media de seis casos anuales en recién nacidos.

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