«Yo me considero un artesano de la música»

Antonio Díaz
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Quique González presenta hoy, en el Teatro Circo, a las 21 horas, su último trabajo, Sur en el valle. El músico comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta cita, en la que no faltarán sus clásicos.

Quique González. - Foto: Juan Pérez Fajardo

Quique González presenta hoy, en el Teatro Circo, a las 21 horas, su último trabajo, Sur en el valle. El músico comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta cita, en la que no faltarán sus clásicos. 

¿Es Sur en el valle el disco de un artesano de la música?

Sí, yo me considero un artesano de la música, me gusta pulir las canciones y hacer el símil de que tienes que picar piedra en esas canciones para lograr algo que te guste, cuidarlas y poner cariño en lo que hago y eso está relacionado directamente con la artesanía, así que me considero un artesano. 

¿Por qué la inspiración en un viento?

Bueno, donde vivo, en los Valles Pasiegos, en Cantabria, el viento condiciona mucho los comportamientos de la gente, la climatología, por supuesto y el carácter de las personas que viven allí. Quería, de alguna manera, homenajearlo en el título y pensar que es ese viento sur es el verdadero protagonista de las canciones de este disco. El viento puede traer cosas maravillosas y aliento de vida y conllevar cambios estructurales. 

¿Eso también se transformó en nuevos sonidos en su trayectoria?

Creo que Sur en el valle sí es un disco un poco distinto a otros. Este es el número 13, si no recuerdo mal, y me gusta hacer discos diferentes, cambiar para no aburrirme ni aburrir a los demás, para encontrar nuevos retos y asumir ciertos riesgos que creo que tengo que asumir como escritor de canciones. También es importante pintar nuevos paisajes sonoros, distintos de los del resto de mis discos.  

¿Más acústico?

Es un disco un poco más introspectivo y contemplativo e intimista de los últimos y eso también condiciona la instrumentación, que utilicemos más guitarras acústicas que eléctricas, españolas también, que no había utilizado con mucha frecuencia hasta ahora o el contrabajo, que condiciona la atmósfera. Al final, las canciones son las que eligen el traje que les queda bien, y lo intimista, diría, suele emparejarse bien con lo acústico. 

¿Un traje menos influenciado por la música norteamericana que en otros?

Creo que sí, por lo menos es menos explícito. Siempre me ha influenciado la música norteamericana y británica. Grabé dos discos en Nashville, Daiquiri Blues y Delantera mítica y sí que me siguen interesando mucho esos sonidos, pero quería hacer algo un poquito distinto. También pensamos que hacemos algo que la gente va a percibir como distinto, pero ya solo la propia voz unifica y hace que  suenen menos  distinto a la gente que a uno.  

Dos años entre trabajos y el último compuesto en una furgoneta. 

Pues sí, debido a las condiciones de la pandemia, a diferencia de otros discos escritos en movimiento, en viajes, este, de una forma obligada, se hizo en casa y decidí centrarme en mi pequeño estudio, en una furgoneta antigua, que ayudaba un poco a esa sensación de movimiento.  

¿Un disco de carretera?

A mí me gusta escuchar música en el coche, mientras estoy viajando, también supongo que hago discos que se adecuan mucho a un viaje. También, como concepto de disco, aunque ahora se escuchen más canciones sueltas, sin embargo, sigo creyendo en el disco como concepto, como un viaje en sí mismo. Ojalá se escuche durante un viaje, por carretera o por tren. 

¿Muy poético?

Bueno, era más poético el anterior, canciones que escribió García Montero, a las que les puse música. No sé si poético, pero siempre intento que haya una intención poética en mis canciones. 

Las canciones de Sur en el valle sueltan más preguntas que respuestas, es un disco bastante existencialista, un cuestionamiento del tiempo y del momento. El paso del tiempo podría ser uno de los grandes temas del disco o la gestión de la ambición.  

¿Le gusta el formato teatro, como el de Albacete?

Donde más me gusta tocar es en los teatros, donde mejor suena la música y menos distracciones hay. En un festival o en una sala, hay más ruido y más gente hablando, en un teatro, la experiencia de un concierto es mucho más enriquecedora, lo disfruto mucho desde que empezamos esta gira en noviembre, porque hemos tocado en nuestros teatros favoritos, ahora en Albacete.